jueves, 4 de noviembre de 2010

La sombra del viento



Miro al final de la estantería donde, sin necesidad de verlo, sé que está La sombra del viento de Carlos Ruiz Zafón. En ocasiones, como hoy, me levanto cojo el libro y abro por una páigna al azar, leo y siento la misma sensación que cuando lo leí por primera vez. Esta vez el libro se ha abierto por la 170 y me he encontrado leyendo con los ojos llorosos las palabras de Penélope. No he podido evitar copiarlas aquí:  
 
La sombra del viento, carta de Penélope a Julián

 "Querido Julián:
Esta mañana me he enterado por Jorge de que realmente dejaste Barcelona y te fuiste en busca de tus sueños. Siempre temí que esos sueños no te iban a dejar nunca ser mío, ni de nadie. Me hubiera gustado verte una última vez, poder mirarte a los ojos y decirte cosas que no sé contarle a una carta. Nada salió como lo habíamos planeado. Te conozco demasiado y sé que no me escribirás, que ni siquiera me enviarás tu dirección, que querrás ser otro. Sé que me odiarás por no haber estado allí como te prometí. Que creerás que te fallé. Que no tuve valor.
Tantas veces te he imaginado, solo en aquel tren, convencido de que te había traicionado. Muchas veces intenté encontrarte a través de Miquel, pero él me dijo que ya no querías saber nada de mí. ¿Qué mentiras te contaron, Julián?¿Qué te dijeron de mí?¿Por qué les creiste?
Ahora ya sé que te he perdido, que lo he perdido todo. Y aun así no puedo dejar que te vayas para siempre y me olvides sin que sepas que no te guardo rencor, que yo lo sabía desde el principio, que sabía que te iba a perder y que tú nunca ibas a ver en mí lo que yo en tí. Quiero que sepas que te quise desde el primer día y que te sigo queriendo, ahora más que nunca, aunque te pese. (...)
No sé si te llegarán mis palabras. Pero si así fuera y decidieses volver por mí, aquí encontrarás el modo de hacerlo. Mientras escribo, te imagino en aquel tren, cargado de sueños y con el alma rota de traición, huyendo de todos nosotros y de tí mismo. (...)
No deseo nada más en el mundo que seas feliz, Julián, que todo a lo que aspiras se haga realidad y que, aunque me olvides con el tiempo, algún día llegues a comprender lo mucho que te quise.
Siempre,
Penélope."

"Desperté al alba. Recuerdo la luz, de oro líquido, derramándose por las sábanas. Había dejado de nevar y alguien había cambiado el mar tras mi ventana por una plaza blanca de la que emergían unos columpios y poco más." LSDV.
Sentadas en uno de los miles de Starbucks que hay por Madrid hablábamos de que las mejores historias son las que al menos en el fondo, en un rincón disimulado, hay un amor. Puede que el tema sea una guerra, ciencia ficción, o lo que sea, pero si en una parte de la trama hay un romance será mucho mejor que sin él.
En La sombra del viento permanecemos más de 500 páginas enganchados, hipnotizados, queriendo saber más y más. No es un libro de amor. No trata sobre una pareja en concreto. Es un misterio continuo. Aun no conozco a nadie a quien le haya recomendado el libro y se haya arrepentido de hacerme caso. 

Un libro sobre un libro perdido.
Soñando con el Cementerio de los Libros Olvidados.




Podría hablar durante horas del tema, pero creo que no debe crearse expectativas demasiado altas a quien se lo vaya a leer por si luego se decepciona. En mi opinión este libro simplemente marcó un antes y un después en mí. 

Cada vez que lo tengo en las manos me doy cuenta de lo mucho que me gustaría llegar a publicar una novela, acariciar mi nombre en la portada, oler las páginas con los ojos cerrados... Quien sabe... igual algún día hay una obra mía perdida en el Cementerio de los Libros Olvidados. 
Como dijo Shakespeare en El mercader de Venecia:

 “No pierdas la alegría; dedica todos tus pensamientos a lo que amas y sean todas tus acciones pruebas de amor las más propias para asegurar tu triunfo.”

Pero tengo miedo cuando la alegría de escribir es más débil que la inseguridad, cuando me parece que mi novela nunca tendrá final, que mis personajes no terminarán su historia o que a nadie le gustará... aunque esto último es lo menos relevante porque cuando escribo lo hago para mí, no puedo evitar querer que a alguien le guste lo que hago. Y si algún día olvido que ese es mi sueño, espero volver a encontrarme con La sombra del viento.
 Al fin y al cabo, si pese a los desengaños sigo soñando con un amor como el de Romeo y Julieta, ¿por qué voy a desistir de mi otra ilusión por un acobardamiento?

  - Mil veces buenas noches.
- Mil veces malas por faltar tu luz.
    
     
Romeo y Julieta la película de 1996, escena del balcón.


Y sentir el placer último. Poder decir "Fin".

Hoy va por un simple personaje, por una ficción, que cuando me siento inútil o falta de inspiración me recuerda que tengo sueños que seguir.  

Hoy va por tí, Julián Carax.



- ¿Y tú a que aspiras, Julián? En la vida, quiero decir.
- No sé. A veces pienso que me gustaría ser escritor. Novelista.


4 comentarios:

  1. Me siento muy identificada con todo lo que dices. Supongo que en el fondo solo buscamos a alguien que se emocione profundamente leyendo algo escrito por nosotros, como nosotros mismos nos hemos emocionado alguna vez...es como la definición figurada de la inmortalidad.
    Mucha suerte

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  2. Terminé de recorrer sus páginas hace pocos minutos. Me dejó el alma abierta, la sonrisa en el pecho y el cuerpo colmado de sensaciones . Excelente!

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  3. Buenas, me han gustado tus palabras, me siento muy identificado con ellas, sobre todo con el tema del antes y el después de leer el libro, este libro a marcado mi vida, despues de leerlo, aun no dejo de pensar en el, en la relación entre Penélope y Julian, en toda la trama, ha sido genial

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