jueves, 28 de junio de 2012

Seamos realistas... ¿Estarás en Otoño?


Seamos realistas. 
No nos gusta la vida que llevamos. Hagamos lo que hagamos, tengamos lo que tengamos. Nunca es suficiente. Siempre vamos a querer algo más. O eso creía. 


Si somos capaces de compartimentar nuestra vida, también somos capaces de satisfacer nuestras necesidades. Todo depende de si sabes separar tus problemas. Si sabes dividir tus deseos. No pidas amor, paz, dinero y salud para ti y para los que te rodean. Pero si consigues una de esas cosas no pienses en que no tienes las demás.


Por eso hoy que estoy triste quiero pensar en lo que tengo y dejar aun lado todos los problemas. Tal vez la felicidad consiste tan solo en eso, en ser capaz de separar. Ahora no quiero darle más vueltas a esa puerta cerrada en mis narices en el tren. No quiero pensar en las veces que vuelvo a casa sola tras una despedida y siento como una parte de mi se aleja.


Lo que quiero pensar es en once días. Mis once días. Nuestros once días. Que te duermas en el sofá viendo una película, despertarte por la mañana para no levantarnos de la cama, pasar un resfriado apoteósico juntos, ir a trabajar contigo de la mano... Y aprender como cambia tu respiración, recorrer cada centímetro de tu piel creando un mapa mental, sonreír con tus tonterías...


Y así es como hoy me he dado cuenta de algo que en el fondo ya sabía, que no quiero dejarte escapar. Eres diferente a los demás. Me miras de esa manera tan especial, me dices que me quieres y me lo demuestras con cada gesto. Has conseguido en poco tiempo lo que pensé que no sería posible en muchísimo tiempo.


Ahora que vuelves a estar lejos me acuerdo de ir por Atocha con la maleta, pensando "Ojalá no subiera a ese tren". Y de golpe, en ese sitio tan particular, en ese punto exacto... recuerdo varios vídeos que he visto en el trabajo sobre el 11-M.


Me doy cuenta de que las cosas terminan de golpe cuando menos lo esperamos. ¿Cuánta gente esperaba viajar aquel día para ver a alguien especial? ¿A cuántos les esperaba su familia en casa? ¿Cuántos enamorados había? Y yo allí plantada, pensando en la gente que no tuvo los momentos que yo tengo ahora solo porque alguien decidió arrebatárselos.


Porque la vida empieza y acaba y va a un ritmo vertiginoso. No nos gusta la vida que llevamos, pero es la única cosa que realmente puede hacernos feliz. Por eso quiero empezar a pensar en cada segundo de felicidad. Nunca sabes si mañana explotará un tren, te pillará un autobús al cruzar la calle o quién sabe. Podríamos ser verdaderamente felices si dejáramos de pedir más y más.


Puede que no tenga salud mi familia, que la tristeza me rodee cada día. Puede que me haga daño ver el dolor tan de cerca, sentirme tan impotente... Pero también tengo algo importante, algo que me ha hecho sentirme diferente. Feliz. Esa sonrisita cuando yo me pongo a llorar por un documental de animalitos, esos recuerdos tan especiales cargados de chocolate, colores, palabras y sentimientos.


Me has enseñado que besar mil sapos sirve para algo, que no hay que pensar siempre que nos vamos a encontrar con lo peor. Que a veces conoces a alguien, te arriesgas por una simple corazonada... y resulta que te pone en bandeja los mejores momentos que podrías imaginar.


Nacimos para construir nuestros propios cuentos y crecimos pensando que tenían que ser obligatoriamente dramas. Y sí, habrá lágrimas. Y por supuesto que sufriremos. Tendremos dudas. Seremos débiles. Estaremos tristes. Nos sentiremos solos. Porque todos los personajes de cuento tienen problemas, así nacen las grandes historias.


Hoy he decidido que estoy harta de pseudohistorias de medio año. Hoy estoy preparada, quiero más, quiero algo que vaya más allá del pánico del sexto mes. Quiero a alguien que me mire con cariño después de  un tiempo. Que siga diciendo las cosas que le gustan de mi aunque yo las odie. Que me toques las piernas aunque yo no quiera, que me beses aunque yo siga tarareando cualquier canción. Que sigas cada día haciéndome feliz con tus datos absurdos, con tu pasión por los animales... que no cambies.


Yo lo único que quiero es perderme en cualquier lugar, siempre y cuando vayas conmigo. Me da miedo. Siempre pierdo lo que me importa, no quiero que te alejes... 4 horas son suficiente distancia para sufrir...


Lo que todos buscamos es encontrar a esa persona que nos hace pensar que antes de su llegada no había nada. Nada llenaba ese hueco... Buscamos la pieza que nos falta, pero los puzzles son débiles y el pegamento es cosa de dos.


Porque lanzarme al vacío a ser la golfa que decidí que nunca sería... acercarme a un chico que se suponía que tenía novia... fue lo mejor que pude hacer. Ahora es lo único que tiene sentido. El caos del instinto animal ha cobrado sentido. Tú me has dado sentido. Me has enseñado que mi estupidez puede llegar a ser una gran virtud.


Has vivido en mi invierno, en mi primavera y en mi verano. ¿Estarás aquí en mi otoño? ¿Estarás aquí cada estación? ¿Querrás estarlo?



Seamos realistas. 
Me gusta la vida que llevamos. Hagamos lo que hagamos, tengamos lo que tengamos. Ya es suficiente. No necesito nada más. Creía lo contrario hasta que te conocí.