viernes, 28 de enero de 2011

Stop being sad and be AWESOME!

“Nadie desea la soledad 
porque te deja demasiado tiempo para pensar. 
No obstante, cuanto más piensa uno, 
más inteligente es, o sea, 
más triste.” 
El amor dura tres años, Frédéric Beigbeder.

  Esto de los exámenes va a acabar conmigo... pero bueno, hoy por fin tengo un rato para escribir en el blog que ya iba siendo hora.
Sé de buena tinta que una persona lo está pasando mal. Culpa, amor, pena, angustia... A veces tan difíciles de distinguir. Así que hoy (de nuevo) mi blog va para tí, B.
Te conozco tanto que prácticamente somos siamesas emocionales. Conozco tu extrema sensibilidad, tu facilidad para llorar, lo mucho que te afectan algunas cosas... y sobre todo conozco tu inocencia.
Lo que algunos han definido como "esta mierda de mundo aun no te ha corrompido", pero nadie escapa eternamente de las experiencias que nos depara la vida. Por más que otros hayamos tratado de ser tu escudo, hay agujeros en los que tienes que caer tú sola. ¿Lo bueno? que para salir tienes mil manos que te ayudarán.
"Pretty pretty please, don't you ever ever feel
Like you're less than fucking perfect
Pretty pretty please, if you ever ever feel like you're nothing
You're fucking perfect to me!"
Fucking perfect, Pink.

Querer a alguien no siempre es la semilla de la felicidad. Puede importarte muchísimo una persona y no haceros felices por más que lo intenteis. ¿Quién tiene la culpa? Nadie, simplemente hay parejas que por mucho que se quieran no están hechas para durar eternamente. 
Nadie va a negar que el momento más triste es en el que te das cuenta de que esto te ha pasado a tí. Verlo desde fuera nos parece deprimente pero nada como vivirlo en primera persona para que te quemen las lágrimas por dentro y por fuera. Porque el que se da cuenta primero trata de evitar lo que tarde o temprano pasará. Intentas por todos los medios que funcione. Discutes, te enfadas, te agobias... porque algo dentro de tí ya ha dicho "Basta", porque por mucho que trates de imaginar un futuro en el que todo va bien, sabes que no será tan sencillo. 
"Queda prohibido no crear mi historia,
dejar de dar las gracias a mi familia por mi vida,
no tener un momento para la gente que me necesita,
no comprender que lo que la vida nos da, 
también nos lo quita." 
Hace unos años, alguien entró en mi mundo para cambiarlo por completo. Me enseñó cosas que entonces no entendí. Me hizo feliz. Hizo que me sintiera especial, que creyera en mí misma, que confiara, que me entregara y que imaginase toda una vida a su lado. Todavía pienso en ello a diario. 
Nos queríamos, tal vez aun en la distancia nos queremos, pero no pudo ser. Durante tres años estuvimos en una montaña rusa, "ni contigo ni sin ti". Lo intentabamos, salía mal. Nos hacíamos daño, lo volvíamos a intentar. Llorabamos, discutíamos y los te quieros ya no eran suficiente para aplacar el malestar. 
No veíamos la vida de la misma forma. Yo era demasiado inmadura para ella, no podía darle todo lo que necesitaba. Ella era demasiado... cercana... y yo me alejaba. Ella quería verme, yo necesitaba respirar.
Es triste, pero la última vez que lo hablamos recuerdo que dijimos "no nos conocimos en el momento adecuado... igual nos reencontramos dentro de unos años y volvemos a enamorarnos. Nos hemos adelantado y no ha salido bien." 
"Queda prohibido llorar sin aprender,
levantarme un día sin saber qué hacer,
tener miedo a mis recuerdos,
sentirme sólo alguna vez."
Siempre he creído que los golpes nos hacen crecer, nos hacen definir nuestra personalidad, nos enseñan a tener carácter y a darnos cuenta de que la mitad de las veces que lloramos podríamos habernoslo ahorrado. Si un engranaje se atasca y la maquinaria sigue en marcha, las ruedas se esforzarán hasta su límite, el roce las desgastará y finalmente todas las tuercas saltarán. Si fuera un reloj... ¿preferirías que se quedase parado o que terminase destrozado? ¿es mejor tener mil piezas rotas que el recuerdo de algo que no pudo aguantar más? 
Hay que tomar una decisión, parar la maquinaria o dejarla llegar hasta el último segundo para ver como se descompone. Son estas decisiones las que nos hacen sentirnos culpables. 
Culpables de no querer ver el final apoteósico de algo que nos importaba. Culpables de no saber arreglar el reloj. Culpables al pensar que el dolor no es solo para quien toma la decisión. Culpables por hacer daño al intentar evitarlo. 
“ Hay que acabar con la mentira del amor eterno, 
sobre el que fundamenta nuestra sociedad, 
artesano de la infelicidad de la gente.”
El amor dura tres años, Frédéric  Beigbeder.

“Para ser feliz, hay que haber sido infeliz”

 "Now though there's pain in my chest
I still wish you the best..."
Forget you, Cee-Lo.

Siempre termina llegando el día de volver a sonreír...
sobre todo si eres conocida por tu sonrisa pequeña Miss Smiley.
Así que solo me queda por decirte que Utrecht nos espera... 
Shake it, Shake it, Shake your groove thing baby!

"Stop Being Sad and be AWESOME."
Barney for B.


jueves, 13 de enero de 2011

Presión de año nuevo

Con enero los exámenes de los universitarios se acercan a marchas forzadas, los vemos venir pero no hacemos nada... al final dejamos que nos alcancen como si nos hubieran avisado.
Esta vez, el agobio me he llegado mucho antes de lo normal. No tengo el primero hasta el día 31 y estoy inaguantable. Por si fuera poco ver como se amontonan los apuntes encima de la mesa, darse cuenta de que faltan cosas, que una asignatura no la vas a superar ni con un milagro... tus vecinos van y se ponen a hacer obras cuando tú intentas estudiar por la mañana.
"Vete a estudiar a la biblioteca" Já! gracias por un consejo inútil. Si los asiduos a la biblioteca tuvierais que estar más de una hora en transporte público para llegar y otro tanto para volver, os lo ibais a pensar. Pero eso no es todo, amigos. También estoy con un resfriado de los que hacen que quieras arrancarte los oídos y la garganta.
No me puedo permitir ponerme mala ahora cuando tengo tantísimas cosas que hacer... una tesis que no he empezado, cinco exámenes que preparar, una práctica para entregar el 18, una amiga que viene desde muy lejos para verme, una cena de cumpleaños... Creo que el cerebro se me va a secar y se caerá a cachos.
Además han decidido ponerme todos los exámenes del 31 al 4 y darme días libres para estudiar del 30 al 14, ¿alguien le ve la lógica? ¿para qué voy a estudiar después de los exámenes si ni siquiera habrá empezado el segundo cuatrimestre? Viva la pestilente organización de las instituciones educativas de España.


¿Dónde quedaron los años de estudiar la última semana? ¿Dónde está la antigua yo que no se preocupaba hasta que estaba con el agua hasta el cuello? ¿Por qué ahora me agobio así?
Supongo que influye el hecho de haber tenido que pagar por segunda vez Historia, con el aumento que eso conlleva... total, 100 euros para una asignatura de la que no he pisado la clase, porque ya la pisé el año pasado y suspendí... asique igual sin ir apruebo. Misterios de la vida estudiantil.

Si yo sé que hay que saber de todo, que hay que tener cultura general... pero ya sufrí bastante en segundo de bachillerato con historia como para ahora estar martirizándome otra vez. No os podeis hacer ni la más remota idea de lo que me cuesta aprenderme fechas.  Si en selectividad me fui por Filosofía fue precisamente porque me es más sencillo razonar que memorizar. Ojalá tuvieran en cuenta el esfuerzo y no solo la facilidad memorística de las personas, es injusto.
Necesito respirar, que se termine de cargar el mp3 y me voy a la cama con mi amigo Chopin, a ver si así evito pensar que la cuena atrás ha comenzado.




Mataría ahora mismo
por unos ositos de gominola...
además igualitos que los del video:
rojos y verdes, los demás sobran.
     

miércoles, 12 de enero de 2011

Life is too short...

Profesores de Biología hay muchos, 
pero como el nazi... ninguno.

 Hace unos años, en el colegio, me senté en la última fila cuando llegó el profesor de biología. No habría dicho nunca que un profesor de ciencias conseguiría que yo aprendiera más en cinco minutos que en horas, pero así fue. Durante 55 minutos aquel hombre hablaba de cosas que nos daban igual, despotricaba de política, hablaba de fútbol o de lo que le viniera en ese momento. En los últimos cinco minutos explicaba, no le hacía falta más tiempo.
Aquel día me di cuenta de que necesitaba gafas... suena estúpido, lo sé, pero recuerdo los esquemas que hacía en esos últimos minutos y recuerdo también que terminé sentándome cada vez más cerca de la pizarra.
Claro está... salvo al final de la clase yo estaba en otro mundo. Por aquel entonces escribía historias cortas para mis amigas. Sobre todo me acuerdo de Marta y de las veces que me repetía "¿has escrito más hoy?", eso me llevó a aprovechar biología para escribir. A él no le gustaba que no le escucharan, aunque no te importara lo que decía al menos tenías que fingir lo contrario... pero yo no lo hacía. Escribía y escribía, hasta que me vio.
Me pidió mi cuaderno para ver lo que estaba haciendo con la cara que siempre ponía cuando a alguien se le iba a caer el pelo. Leyó y simplemente le cambió la cara, sonrió y me devolvió el cuaderno diciendo "novelista, que no vuelva a pillarte sin atender." Fue ese momento exacto en el que su gesto cambió cuando me di cuenta de que pese a nuestros ideales políticos diferentes y su actitud... era un gran profesor.
Un gran profesor que con sus guiños cuando me veía escribir me daba ánimos para que siguiera, mejorara y tal vez algún día fuera algo más que un hobbie.
No voy a poder olvidar nunca su voz cuando tenía un mal día ("Hoy no estoy de humor, la bolsa ha bajado, el madrid ha perdido"), sus coñas inteligentes, los motes y sus exámenes. Por primera vez una asignatura de ciencias me gustaba y me esforzaba por sacar buenas notas.
Para todos los que alguna vez estuvimos en clase con él, siempre será llamado "el nazi", pero era un mote cruel que unos críos de generaciones anteriores a la nuestra le pusieron. Dicen que ese nombre surgió por su aspecto, rubio, alto y que imponía respeto. Cuando llegó a mí ya era canoso y no daba mérito al nombre.
Años antes le había dado clase a mi hermano y aunque siempre me han mirado mal los profesores por el recuerdo del vacilón de la clase que era mi hermano en el colegio, el nazi le tenía cariño. Tal vez porque se vacilaban mutuamente, tal vez porque mi hermano se encargaba de llevar el chandal del Real Madrid cuando ganaba un partido y tenía clase con él, el caso es que en mi familia caló mucho, incluso mi madre se llevaba bien con él cuando eran las fiestas del colegio o se encontraban.
Puede que os esteis preguntando a qué viene todo esto...
 Hoy me he enterado de que el nazi tenía cáncer. No pudo vencer. Esta es mi forma de decirle adiós. Me ha impactado tanto la noticia que todas sus clases me han venido de golpe a la memoria.
Aunque ya estoy en la universidad, sé que el colegio no será lo mismo sin él.

Supongo que nunca podré olvidar a una de las personas que me empujó a seguir escribiendo.
¿Quién se hará respetar ahora? El silencio de tus clases era sepulcral, solo se oía tu voz. Aun quedan la Chus, el moro, el churri, la Sagra y alguno más que al llegar hacen que todos se sienten.
Aitor se ha marchado, mi querido y punzante profesor de latín y cultura clásica.
Blanca seguirá siendo para siempre la mujer más encantadora que puede darte clase cuando eres pequeño. La profesora que más me ha marcado y que mejor hablaba a mis padres de mí. (- Blanca, hay un dinosaurio en el tejado. - Dejalo, está tomando el sol. - ¿Cómo va a tomar el sol... si es de plástico?) La mujer que me enseñó a los 4 años que no podía poner mi nombre sin tilde.
Aureliano, que me ponía sobresalientes en lengua por mis redacciones, que en la ESO se emocionó con una sobre "copito de nieve"... dijo que era la única que no había hablado de lo original o bonito que era, sino de su soledad y su encierro lúdico en vez de su libertad. Marisa, que me hizo tener pánico a los exámenes orales, que me castigó miles de veces... pero que aun así se hacía querer.
Maria José, Maria Dolores (a la pared, de florero), el buitre (al que por todos los medios quise que expulsaran del colegio por falta de moral, por capullo, por casi agredir a una amiga, por suspenderme lengua y literatura, para que al llegar a la universidad sacara un sobresaliente y me dieran ganas de hacerselo tragar), Parmi (que siendo una pobre niña de primaria me dijo "conseguiré que no te gradúes en este colegio" y que por más que intentó hacerme sufrir lo único que consiguió fue que la mirara con superioridad cada vez que pasaba de curso), Marifé (y nuestro odio común hacia un par de personas), el churri (con su siempre elegante modelito y su forma de coger el portaminas como si fuera de cristal al subrayar), Raúl (que me obligó a diseccionar una trucha), Valentín, Luisfer (y su horrible forma de cantar ópera a gritos por todas partes... y sus pantalones ajustados que me daban grima), Mariano (que descubrió que si canalizo mi ira no se me da tan mal el deporte).
Frase comprobada, Parmi dime otra vez lo que solías.
 Jesús, profesor de ética, profesor de filosofía... aunque suene cursi... profesor de la vida. En mi vida me he alegrado tanto cuando me han dicho el nombre del tutor de ese año como cuando en mi último curso me dijeron: este año tu tutor es Jesús.
Paco, que a veces me lo encuentro por mi barrio y me viene a la cabeza su hiperactividad y su pronunciación de su especial inglés.
Kuti, como olvidar a Apu. Olga, que me vio cuando el tequila hizo estragos en mi estómago en mi 17 cumpleaños y se preocupaba de ir al baño a ver si me había dado la vuelta de tanto vomitar. Cierto profesor de inglés que quiso que escribiera yo el discurso de graduación (que terminó siendo rechazado por "no ser gracioso" según la directora, ¿por qué tendría que ser gracioso abandonar el sitio donde estuve desde los 3 hasta los 17 años?) y que casi vino hace unos años al orgullo gay con nosotras. La Pitu con su extremo feminismo y su acertada labor al decir "ponte ahí así no hablas" juntandome así con mi amiga E. con la que hasta entonces no es que hubiera hablado mucho, pero que ahora doy gracias a la pitu por su colaboración. Sam, y su extraño atractivo y ese ligero parecido que veo ahora con mi osteópata. MªCarmen Aja y Juanjo en las clases de Dramatización. Javier y sus clases de E.F. El bizco y su manía de echarme al pasillo cuando lo único que conseguía era que me fuera a dar paseos por el colegio o a hablar con Paco a la cafetería.
Paco... Paco el de la cafe, que siempre me fiaba, con el que tenía cuenta desde siempre cuando no fiaba a casi nadie.
Han sido tantos años que no podría hablar de todo lo que pasé con cada profesor, en especial todo lo malo (que fue muchísimo) ya solo mencionarlos me cuesta un esfuerzo memorístico enorme. 1994-2007 dio para mucho.
Con todo esto solo quiero decir que cada profesor, para bien o para mal, deja una marca en nuestra memoria y hoy me da pena no poder decirle al nazi lo importante que fue para mucha gente, aunque otros le odiaran.

Como leí una vez, "No hay nada más triste que un recuerdo feliz."

- Pregunta seis... mmm veamos... ¿qué es el viento?.
El Nazi.

martes, 11 de enero de 2011

Ex o no ex, esa es la cuestión

"Vamos a jugar...
al juego en el que yo
era tu princesa."
París, la oreja de Van Gogh
Qué da más miedo... 
¿pensar que quien ahora está a tu lado puede convertirse en tu ex... 
o que puede que tú te conviertas en el suyo?

No sé qué me ha traído al tema del que voy a hablar hoy. Puede que sea que últimamente muchas cosas se quedan atrás, puede que sea que otras te atacan de frente o, tal vez, todo sea culpa de haberme vuelto a enganchar a una serie que veía de pequeña.
Es un poco extraño que una niña vea series como Alfred Hitchcock presenta, pero como es de imaginar leyendo mi blog... nunca he sido muy normal. El caso es que el tema de hoy es Los Exs. No solo los exnovios/as sino los exs en general.
En primer lugar he pensado en la serie. Un marido decide asesinar a su mujer, se querían, tenían una vida feliz, pero él lo único que quería era ser libre para tener la casa desordenada y ella era demasiado perfeccionista. Supongo que es una extrapolación de la realidad, a veces una pequeñisima cosa hace que deseemos hacer borrón y cuenta nueva, sin darnos cuenta de que estamos siendo demasiado exigentes, a veces no solo con la otra persona sino también con nosotros mismos. ¿Decide terminar con todo porque ella le agobiaba o porque él nunca estaría a la altura de lo que ella buscaba? ¿Se sentía oprimido o simplemente acomplejado? ¿Cuántas parejas de la vida real se separan por motivos parecidos?
"Sin tí
ya no regresaré
al lugar donde te conocí,
lo sé, prohibido recordar..."
"Llena dos copas de recuerdos de historias,
que tus manos aun tiemblan
si me escuchan hablar."
Cuidate, la oreja de Van Gogh.
Por otro lado encontramos a los examigos. Aquellas personas que un día estuvieron a nuestro lado pero que por azar o por estupidez ya no lo están. Siempre he pensado que una persona que pasa por tu vida y al final se marcha esque no merecía tanto la pena. ¿Cuántas veces sufrimos innecesariamente por el miedo a perder a quien nos rodea? La verdad es que yo no he tenido ese problema nunca. Siempre he sido más bien solitaria, desde que tengo uso de razón. Y han jugado conmigo muchas veces, pero no me he andado con rodeos, si una amistad no es lo que yo considero que debería ser... ¿Por qué debería hacer un drama de su finalización?
Hay personas que tienen terror a quedarse solos y por culpa de ese miedo no ven que el mundo es algo más que el grupo con el que salías en el colegio o en el barrio, que si pierdes a esas personas por algo será.
En este ámbito tengo bastantes exs, cuando la mayor parte de la gente dice que tiene veinte amigos... pero no es cierto. No tienes 20 amigos, tienes conocidos y pocos amigos. ¿Cuántos de ellos habrán hablado alguna vez mal de tí? ¿Cuántos se meten contigo de manera malintencionada? ¿Cuántos están ahí cuando los necesitas de verdad?
Es tan triste que no sepamos ver cuando las vías se están separando irremediablemente que a veces me pregunto si todos los que se aferran a amistades insustanciales llegarán a buen puerto.
"Mi ser, mis recuerdos y alguna canción 
son hoy mi premio de consolación.
Y tú, ¿qué has hecho para olvidar?"
Cuidate, la oreja de Van Gogh
Cómo no, tarde o temprano, tras la ruptura llega la superación. Es ese momento en el que puedes recordar lo bueno sin sentir rabia por lo malo, el momento en el que incluso llegas a preguntarte ¿por qué no funcionó? y una pequeña vocecita dice "no podía ser y no fue", simplemente, sin más. No hay terribles rencores que escuecen por dentro ni lágrimas al recordar.
Superación es cuando no hay celos ni angustia, no hay incomodidad o pesar. A veces, pese a llegar a ese estado, nos agarramos de manera inconsciente a algún detalle que nuestro corazón quiere olvidar, pero que nuestro cerebro sabe que debemos retener... porque si no recordáramos lo que no debimos decir o hacer, volveremos a caer y la confianza en los demás y en nosotros mismos tiene fecha de caducidad.
 "Darte un beso,
ver tus ojos
disfrutando con los míos 
hasta siempre...
adiós mi corazón."
París, La oreja de Van Gogh



Debemos ser pacientes y no olvidar...


Que todos tenemos algo que somos incapaces de superar.


     

lunes, 10 de enero de 2011

Por última vez, Feliz 20 cumpleaños

¡¡¡Felicidades Calimera!!!
10-01-11, cumpleaños de mi pequeña B.
Aunque ya la he felicitado unas veinte veces a lo largo del día creo que esta es la mejor forma de ponerle fin a su vigésimo cumpleaños.
Ayer tuve un reencuentro muy especial. Encontré la primera carta de B. tras la cual irían muchas otras. Me hizo gracia la verdad... no me acordaba de que teníamos trece años cuando empezamos a recuperar la amistad perdida y tampoco me acordaba de que en la carta, B. me decía que quería ser abogada.
Ahora estudia Derecho y va en camino de cumplir lo que escribió en aquel trozo de papel.

Iba a escribir un gran discurso... pero entonces me he puesto a mirar los apuntes de historia y el pánico me ha dominado... asique tengo la ligera impresión de que como este va a ser uno de los peores febreros de mi vida... deberia intentar no morirme el último día.
Mañana haré una maratón imposible y con un poco de suerte mi blog volverá a ser el mismo con el tiempo... si no he matado a todas mis neuronas de aquí al día cuatro.



Espero que el pánico desaparezca en un par de horas...
si no lo hace, me daré un cabezazo contra la pared 
tan fuerte que despertaré con 40 años.
   

domingo, 9 de enero de 2011

Divagaciones postvacacionales

El período vacacional llega a su fin y, en consecuencia, la vertiginosa aproximación de los exámenes.
Este curso mi querdida universidad ha decidido que puedo dividirme en dos sin ningún problema, así que me pregunto cómo voy a hacerlo. Si no nos cambian las fechas me tendré que buscar la vida para presentarme a dos asignaturas diferentes, en dos aulas diferentes, el mismo día, a la misma hora. Dos el día dos de febrero y otras dos el día cuatro.
Pero lo más importante esque el fin de las vacaciones significa mi retorno al blog, lo echaba de menos. Hoy me he despertado con el sol dándome en la cara. Mi primera reacción ha sido maldecir en voz baja que anoche no encontrase mi antifaz... para que yo pueda dormir necesito una oscuridad total. Después he abierto los ojos, todo estaba borroso y he pensado: ya no llueve.
Por un instante me he deprimido, anoche el repiqueteo de las gotas me acunó para ayudarme a dormir, aunque no ha evitado mis pesadillas.
Las siluetas difusas de mi habitación empezaban a hacerse nítidas, la sábana me asfixiaba hecha un nudo alrededor de mi cuerpo semidesnudo enrojeciendome la piel por la presión. ¿Cuánto tiempo llevaba en esa angustiosa tesitura? No me extraña lo que he soñado.
 Era una tarde calurosa de verano y una lluvia fina creaba figuras en la delicada superficie de un lago de un azul muy intenso. Estaba yo sola y decidía ir al centro del lago subida en una tabla que flotaba cerca de mí.
Justo en medio me quedaba tumbada, flotando a la deriva sobre el agua tranquila, bajo la lluvia. Mis párpados se mojaban cerrados y mis manos acariciaban con cuidado la cristalina inmensidad que me rodeaba.
Sin previo aviso, los rayos iluminaban el cielo, la lluvia se volvía torrencial y volcaba. Me reía, buceaba y sonreía sin preocuparme por nada. Pero, ya sabeis como son los sueños tan pronto estás en un sitio como en otro, en este caso tan pronto era verano como un helador invierno. Nadaba hacia el exterior y me topaba con una gruesa capa de hielo que me mantenía sumergida. No podía salir. No podía respirar.
Se estaba haciendo de noche y me quedaba a oscuras, sin oxígeno, sin ayuda, sola.
De golpe un trozo del hielo se rompía y entraba un inmenso rayo de sol que iluminaba mi salida. Los brazos ya no me aguantaban más, tenía frío y el corazón amenazaba con dar su último latido. Me acercaba a la superficie cuando he despertado.
Después de criticar al sol y tratar de cerrar los ojos para volver a dormir he recordado lo que estaba soñando segundos antes y me he levantado tan rápido que me he mareado, he tropezado con mi propia pierna y me he tambaleado hasta quedar agarrada al escritorio.
Mis pesadillas siempre me hacen pensar al despertar. ¿Qué se supone que significa en la vida real que me ahogue bajo el hielo? ¿Qué significa la luz que me hace escapar? ¿Por qué mi cerebro me odia y no me deja tener un sueño feliz de vez en cuando?
Echo de menos aquellos días en los que alguien me abrazaba al despertar, ahora yo abrazo a la almohada y creo que no le gusto...
Prácticamente puedo sentir el tacto del frío hielo siendo golpeado con mis puños, la presión en los pulmones muy parecida al peor ataque de asma que he tenido en mi vida... esa necesidad de respirar y notar que algo te oprime, que no puedes hacerlo, que la cabeza te da vueltas y estás a un paso de perder el conocimiento.
¿Por qué querría mi subconsciente que pasara por algo así esta noche? ¿Se supone que tengo que creer que me está enseñando algo? Pues lo siento, querida yo, pero o te explicas mejor o no entenderé lo que quieres decir.

"I wonder how, 
I wonder why...
yesterday you told me
about the blue, blu sky"
Lemon tree, Fools Garden


"When will those clouds all disappear?"
Angie, Rolling Stones 

La verdad es que hoy es uno de esos domingos vacíos, sin sentido, de transición, de reflexión que no lleva a ninguna parte y que solo sirven para sentir un pequeño hueco en el corazón que puede que antes no supieras que estaba ahí. ¿Qué no supieras de su existencia implica que no estaba ahí? Nada más lejos de la realidad, a veces no nos damos cuenta de cuánto necesitamos algo hasta que realmente tenemos tiempo para sentir. La vida hoy día es escalofriantemente rápida, no deja tiempo para las divagaciones del corazón. Tenemos la mente tan saturada de información que nos ahogamos en la absurda sensación de hinchazón que nos aprieta en las sienes hasta que no podemos más. 
Hoy, domingo 9 de enero del 2011, he sentido que algo no iba bien, que algo me quemaba por dentro sin saber el qué. Para terminar de colmar mi recién descubierta ausencia, he comprendido que hay cosas en la vida de las que uno puede arrepentirse con tanta fuerza que lo único que se consigue es empeorar la situación y pensar una y otra vez lo equivocado de aquella decisión. 
Ahora respiro y en cada bocanada de aire me alivia la carencia de agua a mi alrededor. Estoy viva, estoy a salvo, el oxígeno da vida a mi cuerpo... el mismo que anoche me hizo sufrir en sueños.
Estoy viva, estoy a salvo, hasta que Morfeo decida venir a por mí... Algunos días no lo consigue, el insomnio le echa un pulso nocturno y en ocasiones gana. Pero otras veces, cuando siento que me lleva... tengo miedo, miedo a ser perseguida, atacada, encerrada, enterrada... o lo peor, tengo miedo de ver la muerte como espectadora y no como protagonista. Miedo a escuchar gritos que no puedo socorrer, lágrimas que no puedo secar o palabras de despedida. 

 "Come on baby, dry your eyes..." 
Angie, Rolling Stones
 
 
 
 
 
¿Quién dijo que soñar fuera fácil? 
Quien fuera...mintió.