miércoles, 31 de agosto de 2011

Perspectivas y angustia.

Ayer hablé con unos amigos sobre las infidelidades, me pregunté si es más fácil de perdonar que quieran a otra persona o que besen a alguien.
 Hay muchos tipos de infidelidad y creo que la más dolorosa es que tu pareja quiera a alguien que no eres tú. Todos cometemos errores, puedes tener un momento de desenfreno y besar a otra persona sin que signifique nada, creo que eso podría soportarlo. Pero puedes sentir dudas, indecisión, preocupación... por no saber si has elegido a la persona correcta, eso es sin duda lo peor y como es la más retorcida es la que ayer estuvimos debatiendo.


 Las situaciones hay que verlas en este caso desde una triple perspectiva. Por un lado, poniéndote en la piel del "engañado", E., en la del "infiel", I., y en la de el "otro", O.
E.
E. está enamorado, quiere hacer feliz a I. por encima de todo. Le da su corazón, quiere estar siempre con I. No puede imaginarse un futuro lejos de su lado. I. al principio piensa lo mismo, el furor de un amor nuevo, la intensidad de los primeros momentos juntos. Son tal para cual. Pero I. empieza a comportarse de manera diferente y E. no puede evitar preguntarse "¿Es culpa mía?¿He hecho algo mal?¿Qué le pasa?"
 Miles de hipótesis rondan su cabeza, no sabe qué hacer, es como estar perdido en un laberinto infinito, porque no se puede ver el pensamiento ajeno ni se puede sentir lo que dicta otro corazón.
 Ese es el gran problema, que a veces vivimos en la ignorancia y creemos ser felices. Somos E. y lo único que podemos hacer es especular, tener miedo y esperar que todo sea un producto de nuestra imaginación, que realmente nuestras sospechas sean cosa nuestra y nada más.
 Nos autoconvencemos de que todo va bien, intentamos poner de nuestra parte para ser aun más perfectos de lo que en principio parecíamos. Pero I. se distancia y E. no sabe qué está pasando en la parte de su vida que no puede ver. Sufre y repite una y otra vez "Confío en I., sí, nunca me ha dado motivos para desconfiar".
 Pero, ¿sirve de algo intentar ahuyentar ese sentimiento, ese instinto que nos dice que algo va mal?¿nos mentimos a nosotros mismos o es la última gran muestra de amor... fingir que no nos damos cuenta para no perder a quien queremos? ¿es amor o es en cierto modo egoísmo porque intentamos aferrarnos a algo sin preguntarle a la otra persona qué siente? ¿nos hacemos los tontos para evitar la confrontación o es que creemos que si no nos lo dicen no será real?¿Es inocencia por preferir ignorar un presentimiento?¿es cobardía por no intentar averiguar la verdad?¿O solo es miedo?
 Si es miedo... ¿de qué? ¿de estar solos?¿de no volver a confiar?¿de que nos rompan el corazón?¿de creer que no volveremos a querer?¿de que no podremos olvidarlo ni perdonarlo?¿O de si en algún momento lo que hubo fue auténtico y no pura fachada romántica?
 E. se asusta, se entristece y tiene que elegir qué quiere para su futuro: vivir con la incertidumbre, esperar una negación o confirmación, plantarle cara a su miedo o romper con todo sin saber si era una suposición equivocada o estaba en lo cierto.
 Pero, si tenía razón... ¿qué pasa con sus sentimientos hacia I.?¿dejas de amar y pasas a odiar de un día para otro?¿te preguntas acaso que pasó por la cabeza de I.? En la mayor parte de los casos ni siquiera te atreves a escucharte a ti mismo, decides que lo más fácil es decir que todo es culpa de la otra persona, insultas, te cabreas y sueltas un "yo nunca te hubiera hecho lo que tú a mí", y tus amigos te apoyan y dicen "que pedazo de..." Porque solo tienen tu versión, pero, ¿qué pasa con I.?
I.
 I. es feliz, sonríe cada vez que E. aparece en la pantalla de su móvil porque está llamando. Habla de E. a todas horas, cree que será siempre así, que eso es todo lo que se puede pedir, que el amor no tiene más historias, que es perfecto.

Hasta que se cruza con O. y algo se mueve dentro de su corazón, algo profundo, a veces llega a doler. Mira los ojos de E. y cuando parpadea no se saca los de O. de la cabeza. "¿Cómo ha pasado esto?" se pregunta, sin encontrar la respuesta. No sabe porque los labios de E. no son los de O., ni porque sus manos no tienen el mismo tacto o su cuello el mismo olor. No entiende porque cuando ve a O. se siente diferente, hace que sonría sin pensar, que deje de darle vueltas a la cabeza si O. habla.
 I. está en una encrucijada moral y romántica, nadie lo entiende, salvo que haya pasado por algo parecido. Estás en esa situación, alguien de verdad hace que quieras más, que lo único en lo que pienses sea en su piel, sus labios, sus ojos, sus manos.
 Estás ahí, horrorizado con tus propios pensamientos y creyendo que eres la peor persona del mundo... solo por querer a alguien que no es quien tú habías elegido. Surge sin más, no lo puedes evitar y cuando eso pasa ya no hay marcha atrás, todo lo que tienes es angustia y crees que hagas lo que hagas alguien sufrirá.

Así que I. intenta hacer lo correcto. No quiere hacer daño a E., tampoco a O., no sabe qué debe hacer. ¿Le rompe a E. el corazón diciendo lo que siente por O.?¿Deja de ver a O. por darle una oportunidad a lo suyo con E.?si hace eso...
¿puede vivir con el secreto de haber deseado unos labios ajenos?

Tal vez si tanto E. como O. desaparecieran de su vida, sería mucho más sencillo. Pero I. sería infeliz. Lo único que quiere desesperadamente es que nadie salga herido... y poder rozar esos labios una vez más.



Pero ¿puede estar con O. sin pensar en E. y viceversa? No, no puede.
Es necesario un punto de inflexión, algo que le diga claramente lo que ha de hacer...

 Un beso y un "Quédate conmigo".
 ¿Y qué dirán sus amigos? "Haz lo que te dicte el corazón, en el amor y en la guerra todo vale, ¿crees que te arrepentirás de perder a O.? ¿y de perder a E.? No puedes tener a los dos, pero pase lo que pase no te preocupes, las dos elecciones son correctas."

O.
No sabía lo que iba a pasar cuando conoció a I. Tal vez primero fueron amigos, pero las miradas exclamaban algo más que una amistad, los roces fortuitos de sus manos, sus abrazos amistosos... todo era algo más profundo de lo que parecía.
 O. se da cuenta de que mira los labios de I. cuando sonríe, que adora sus arrugas de expresión, que se podría pasar el día entero tocando su brazo. O. se siente culpable cuando ve que I. está pasando por lo mismo, cree que solo le traerá preocupaciones y problemas.
Eres O. y quieres parar, lo tienes claro, se tiene que acabar porque no os hace bien a ninguno de los dos. Estás pasandolo mal y no quieres que I. pase eso. Solo quieres que sea feliz aunque tenga que ser lejos de tí.
Así que O. en plena culpabilidad no puede evitar recordar cada instante por pequeño que haya sido al lado de I. Recuerda las canciones, las frases, los insultos cariñosos... Y ahí llega la recaída, tras un breve tiempo intentando autoconvencerse de que lo mejor es alejarse, cae de golpe entre sus brazos y piensa que le da igual toda la culpa, toda la angustia, todo da igual mientras que tengan un segundo para estar juntos.
O. piensa "Si le diera un beso... un solo beso... pero no, no puedo." y para sus adentros se repite una y otra vez "Elígeme a mí, quédate conmigo, olvida a E." Pero jamás lo dice en voz alta, cree que sería una traición, sería presionar demasiado a I., quiere que elija sin que nadie influya en su decisión.
O. es consicente de que probablemente no le dará la vida perfecta, pero ¿quién quiere una vida perfecta teniendo un verdadero amor? Quiere pasar por lo malo a su lado, que se apoye en su hombro y darle la mano para continuar el camino.
Todo se complica en un abrir y cerrar de ojos.
Hace un momento eras feliz con la persona de tus sueños.
Ahora ves que tus sueños eran demasiado difusos para distinguirlo bien.

 Las siluetas que veías en tu futuro cambian de forma con cada nueva emoción.
¿Con quién estar?
¿Dónde?
¿Qué pasará?
 Nada importa, lo único que es relevante son esos mínimos roces de piel, esos pensamientos de madrugada y esa forma de desear no tener que elegir.
 No quieres ser E.
No quieres ser I.
No quieres ser O.
 Quieres ser tú mismo y que el destino decida, pero a veces el destino necesita que pongas de tu parte y no que te sientes a esperar.
 Ahora... ¿quién se cree nadie para opinar? Solo los implicados saben lo que sienten y aun así no saben lo que sienten los tres. Es demasiado complicado como para dejar que juzguen a quien queremos.
No es justo si no conoces todas las versiones.
Lo que si sé es que podría perdonar muchas cosas y seguir... pero si quien yo quisiera se hubiese enamorado de otra persona lo más inteligente y lo que demostraría más mi amor, sería dejar que fuera libre.
Aun así termino con una gran frase de un hombre sabio al que yo admiro mucho:

"En el amor 
se es más feliz con la ignorancia 
que con el saber."



 

martes, 30 de agosto de 2011

The time of our life.

Esta noche ya es día 31 de agosto. 
Hace 22 años que nació quien sería una parte tan importante de mi vida que ya no sabría que hacer si no pudiera contar con ella. 
 El tiempo, los diferentes caminos, distintos amigos... todo indicaba que nos separaríamos y físicamente lo parece, pero ¿quién dice que una verdadera amistad se resquebraje por la distancia? Es una creencia ridícula y sin fundamento, si alguien ha estado ahí cada vez que lo has necesitado, si ha sido tu hombro para llorar, si has compartido noches en vela, si has cantado a gritos, si nunca tuviste vergüenza a su lado... ¿puede separar la distancia lo que se cimentó antes de nacer?
 Hace un par de semanas volví a ver una fotografía de unas fiestas de un colegio que no era el mío, en ella sonreían dos chicos y tres chicas. Desde el día en que tomaron esa foto siempre que escucho una canción me acuerdo de todo como si fuese ayer.
 Sí, lo sabes, me acuerdo de verte en un escenario haciendo el pino esperando a que la música empezara. Allí estabas delante de un montón de gente, cabeza abajo, con la cara cada vez más colorada. ¿Cuántos años teníamos? ¿Once? ¿Doce? Pero no perdiste la calma y al fin sonó.
En 2005 fuimos a Portugal y nos reímos al oír tiritar a nuestros hermanos que decidieron tirarse de noche a la piscina del hotel. Ese mismo año me dejó mi primer novio y te dije, como buena pitonisa desde los 14, que algún día saldríais juntos. Para variar, no me hiciste caso y, cómo no, yo tenía razón.
 Porque no solo hemos compartido experiencias, amigos, vacaciones... Y lo curioso es que nunca nos hemos enfadado por ello o por lo menos no que yo recuerde.
 Tú siempre fuiste la rompecorazones y a mi nunca me importó ser "tu amiga la borde". Tú eras el rosa y yo el negro. Tú querías tener un yate, yo quería un todoterreno. Tú eras fan de El canto del loco, yo había empapelado mi habitación con Amy lee y Avril Lavigne.
 Íbamos a Jaén y todos los años nos empeñábamos en dormir una noche en la terraza... aun sabiendo que nos iban a despertar los pájaros, el sol y si aguantábamos sin huir de allí...el sofocante calor andaluz.
 ¿Te acuerdas de una noche en tu casa que dormíamos en la habitación de tu hermano y se hundió la cama?
¿Te acuerdas del gato volador? ¿De cierto chico que tocaba los platillos? ¿De las veces que decías "cara dorito"? ¿De haber cantado Si nos dejan tiradas en la cama en Jaén?
 ¿De quedarte aquí a dormir para bajar a la piscina "con la fresca" y saber que no íbamos a lograr madrugar? ¿De que el día de tu comunión me caí por culpa de los globos de agua y aun me dura la cicatriz en la rodilla?

¿De que me hiciste una foto en la playa de Portugal y esperaste a que tuviera una ola encima sin avisarme... porque decías que iba a ser una foto muy artística? ¿De aquella ciberbatalla campal con unas de mi colegio en la que te llamaron "pija de palo"? (todavía me río al pensarlo)
¿Te acuerdas de la cámara que maldijo a todas las parejas a las que sacó una foto? ¿De las discusiones que teníamos porque querías que me pusiera la raya el pelo a un lado?¿De la promesa de ir empujando tu ferrari por Despeñaperros?
¿Te acuerdas de la dependienta borde que trabajaba en la calle de bajada en Jaén? ¿De mi hermano vestido con una peluca y pintado de negro y todos haciendo de las Spice Girls? ¿De cuando metieron a cierto personaje en un cubo de basura y pisó una gamba?
 ¿De cuando corríamos hacia casa porque creíamos que habían llamado a la policía? ¿De las fotos tontas en Santa Pola? ¿De cuando tu abuela nos dio manguerazos en tu terraza y yo iba con los vaqueros pegados?
 ¿Te acuerdas de..."¿Salen las chicas?" después del timbre?¿De las fiestas y los conciertos?¿De aquella vez que vino Melendi y todo tenía un olor extraño? ¿De cuando yo no me atrevía a pedir ni un vaso de agua?
¿Te acuerdas de que en cuanto pisé España después del viaje de fin de curso te escribí para contarte que había perdido la virginidad antes que a nadie? ¿De como todo el mundo se lo tomó a la tremenda y tú te reíste y me dijiste que si no me arrepentía es que había hecho bien?
¿Te acuerdas de cuando fuimos a ver The Ring y tú ibas escayolada hasta la ingle por el cine? ¿Y de cuando éramos felices con nuestras trenzas de mentira? ¿De aquellos pantalones de chandal con corchetes que yo aun tengo y que con un tirón te quedabas desnuda?

 ¿Te acuerdas de cómo dejamos de ser unas niñas? Yo tampoco... y si no me acuerdo es que no ha pasado, por lo tanto seguimos siendo las que hacían vídeos estúpidos, bailes sin ritmo y jugaban a tinieblas.
Ahora vamos a ver animales, nos hacemos fotos con lemures, con un pingüino gigante de mentira. Ahora ya hemos pasado a la segunda década de nuestras vidas y seguimos siendo como antes. Da igual tener un patito o tener dos, tú y yo siempre seremos dos crías de cisne. 
Tú y yo no hemos crecido. Nuestras caras no han cambiado. Nuestra forma de ser tampoco. Somos tú y yo y otro año que se va y nos dice adiós. 
Hoy cumples 22 años y sabes que estaré ahí para todos los capicúa que te queden y me queden. Que estaré cuando quieras llorar y cuando te apetezca reír. Que te asustarás leyendo mis pesadillas en el blog igual que antes leíamos Pesadillas. Que recordarás Fenómenos Extraños e Historias de Medianoche igual que le añadiremos Greek, Pequeñas mentirosas, Perdidos. Porque aunque todo cambie nosotras evolucionamos a la vez.
Nos manifestamos juntas contra la guerra. Me apoyaste cuando te conté que mis gustos eran algo más variados de lo que parecía. Hemos hablado de prácticamente todo y ahora podemos estar un siglo sin hablar que nos bastan 10 minutos para estar al día. 
Tú eres de perros, yo de gatos. Tú de Dirty Dancing, yo de Grease. Tú dices blanco, yo digo negro. Tú dices horrible, yo interesante (pasado oscuro de exnovios extraños...). Tú dices sí, yo digo no. Somos contrarias, somos complementarias, somos un puzzle que aun separado sabe donde encaja.
Puede que dijeramos adiós a los dulces años de los aparatos en mis dientes, de tu extrema pijería... Puede que no juguemos con las barbies o que ya no tengamos tiempo para ir de compras juntas. 
Pero estoy a tu lado aunque no me veas una vez más para desearte como siempre que seas feliz no solo en el día de tu cumpleaños sino en tus 365 22 cumpleaños, porque cuando llegues a los 23, volveré a decirte:


!FELICIDADES L.!




Remember?


Te quiero, viejita.