sábado, 20 de noviembre de 2010

Locuras y defectos

“Déjame esta noche... soñar contigo,
déjame imaginarme en tus labios los míos
(…) déjame que yo sea quien te quite la ropa,
déjame que mis manos rocen las tuyas…”
Soñar contigo, Zenet
Más regalos de reyes comprados. Príncipe Pío iluminado para la Navidad, como siempre demasiado pronto. Bajo del autobus escuchando Everyday, de Toby Lightman. El aire frío me corta los labios y me muerdo sin querer. Tropiezo, para variar, y me entra la risa. Se me vuelve a romper el bolso y cae al suelo. Cosas de la vida, la torpeza es algo innato.
Al llegar a casa me he acordado de la película "El amor es lo que tiene". Veo tantas películas y leo tantos libros que luego me acosan cuando menos me lo espero. Esta vez he recordado cuando los protagonistas hablan tumbados en el capó del coche mirando las estrellas:

- ¿La querías o no?
- Creía que sí. Bueno si no era amor se le parecía. Vale, no lo sé. De todas formas era una locura.
- Si no estás dispuesto a hacer locuras no mereces enamorarte.

“Tu mirada es de fuego y mi cuerpo de cera.”
Rojitas las orejas, Fito y los Fitipaldis
Son las dos de la mañana y como dicen en Cómo conocí a vuestra madre: "Nunca ocurre nada bueno después de las dos de la mañana. Cuando pasen las dos de la mañana id a dormir, porque las decisiones que se toman después de las dos siempre son equivocadas." ¿Qué clase de decisiones tomamos de madrugada? Son horas en las que pensamos sobre lo más emocional. Es de madrugada cuando tenemos más ganas de hacer locuras sin sentido. Momentos en los que nos gustaría decir lo que no decimos durante el día o hacer lo que no hemos hecho. Pero sin duda lo mejor que podemos hacer es irnos a la cama. Solo hay una forma de saber si era la decisión correcta: esperar a la mañana siguiente y si entonces sigues queriendo cometer las mismas locuras... o tenías razón o estás enamorado.
“Las locuras que más se lamentan en la vida de un hombre 
son las que no se cometieron cuando se tuvo la oportunidad.”
Helen Rowland




 “En el amor siempre hay algo de locura, 
mas en la locura siempre hay algo de razón.”
Friedrich Nietzsche

Aprendemos a amar no cuando encontramos a la persona perfecta, 
sino cuando llegamos a ver de manera perfecta a una persona imperfecta.
Sam Keen
¿Por qué algunas personas no podemos ser positivos sin más? Le buscamos defectos a todo, algo que nos eche para atrás. Tratamos de encontrar por todos los medios algo que nos indique que no debemos arriesgar. ¿Y cuando eres incapaz de encontrar nada en contra? Da miedo ir hacia un punto con defectos visibles, pero da más miedo aun no encontrarlos... y cuando eso pasa terminamos usando cualquier estupidez, cualquier absurda diferencia, para no acomplejarnos al pensar en nuestros propios defectos.
Soy torpe, cabezota, orgullosa, pienso demasiado, tengo una ligera tendencia a caerme por las escaleras, soy borde, no tengo gracia, canto como si alguien pisara un sapo, las palabras más dulces que le dirijo a alguien incluyen "idiota", soy negativa hasta la médula, tengo obsesiones estúpidas (como el azúcar, los pingüinos y los zapatos de tacón); soy persuasiva y, según mi hermano, manipuladora. Puedo tirarme días escuchando la misma canción, se me pegan expresiones irritantes como "oh my god" y le doy demasiadas vueltas a todo. Me da pánico no poder tener hijos, el azheimer, los payasos, las alturas, las abejas, las avispas, meterme en el agua donde cubre, las ratas, los aviones, el amor, mis pesadillas, que se repitan algunas situaciones del pasado... Y eso sin entrar en defectos físicos... supongo que por eso trato de ver los defectos ajenos, así puedo evitar pensar en los míos.
“El amor y el odio no son ciegos, 
sino que están cegados por el fuego que llevan dentro.”
Friedrich Nietzsche



Si en tí mismo solo ves defectos...
¿puede otra persona ver más allá?



    

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