sábado, 4 de diciembre de 2010

A falta de pensamientos... Chloé

"Standing in the way of control,
you live your life,
survive the only way that you know."

Standing in the way of control, The Gossip

He madrugado para ir al osteópata, así que ahora prácticamente no siento el cuerpo. Ha hecho que me cruja hasta el alma... Pero bueno, mejor un mal rato que seguir con el dolor de espalda y de cuello toda la vida.
Cuando he salido de casa había 3 grados, pero con el solecito la sensación térmica era superior.


He leído otros dos libros de la lista, a van 21. El siguiente Bodas de Sangre de Lorca. Esta tarde he terminado El árbol de las brujas de Ray Bradbury, es más un cuento que una novela, pero no está mal. El anterior fue un libro infantil que desde que era pequeña no había conseguido leermelo no sé por qué... pero como soy una cabezona en algún momento de mi vida me lo tenía que leer, se titula Las amapolas se han vuelto blancas de repente... obviamente no es nada del otro mundo, es lo que tiene la literatura infantil... que cuando ya te acostumbras a leer otras cosas pues no da la talla.

En fin, ha sido un día tan cansado que aunque no me pueda dormir soy incapaz de poner más palabras seguidas con sentido. Esta es posiblemente la actualización más cutre de la historia, pero cuando no se puede no se puede, no hay más vueltas que darle.

Y como me da pena dejar esto tan mustio, aquí dejo un trozo de El juego del ángel de Carlos Ruiz Zafón:

"Era ella. Mi Chloé. La operística e insuperable femme fatale de mis relatos hecha carne y lencería. Tenía la piel más pálida que había visto jamás y el pelo negro y brillante cortado en un ángulo recto que enmarcaba su rostro. Sus labios estaban pintados de lo que parecía sangre fresca, y auras negras de sombra rodeaban sus ojos verdes. Se movía como un felino, como si aquel cuerpo ceñido en un corsé reluciente como escamas fuese agua y hubiera aprendido a burlar la gravedad. Su garganta esbelta e interminable estaba rodeada de una cinta de terciopelo escarlata de la que pendía un crucifijo inverido. (...)
La luz de las velas acariciaba el perfil de su cuerpo. Mi rostro y mis labios quedaron a la altura de su vientre desnudo y sin darme cuenta de lo que estaba haciendo la besé bajo el ombligo y acaricié su piel contra mi mejilla. (...) Como un gato, me lamió los dedos de la mano de uno en uno y entonces me miró fijamente y empezo a quitarme la ropa. Cuando quise ayudarla sonrió y me apartó las manos.
-Shhh. - Cuando hubo terminado se inclinó hacia mi y me lamio los labios.
-Ahora tú. Desnudame. Despacio. Muy despacio.
(...) La desnudé lentamente deshojando su piel hasta que solo quedó sobre su cuerpo la cinta de terciopelo en torno a su garganta y aquellas medias negras de cuyos recuerdos más de un infeliz como yo podría vivir cien años.
(...)Chloé no tenía prisa y respondía al tacto de mis manos y mis labios con suaves gemidos que me guiaban. Luego me hizo tenderme sobre el lecho y cubrioó mi cuerpo con el suyo hasta que sentí que cada poro me quemaba.(...)"
El juego del ángel, Carlos Ruiz Zafón 

“Uno no sabe lo que es la sed hasta que bebe por primera vez.
A los tres días de mi visita a El Ensueño, la memoria de la piel de Chloé que me quemaba hasta el pensamiento.”
El juego del ángel, Carlos Ruiz Zafón

“Dos rojas lenguas de fuego

que, a un mismo tronco enlazadas

se aproximan, y al besarse

forman una sola llama.”

Gustavo Adolfo Bécquer



Sin sueño, pero oigo que la cama me grita: "Ven"


       

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