lunes, 4 de abril de 2011

Para mi pequeña Miss Smiley.

Hoy no tengo mucho que decir. Solo quiero recordar a mi pequeña B. que siempre, siempre, SIEMPRE voy a estar ahí cuando me necesite.
Nunca he sido buena dando palabras de consuelo. Creo que cuando alguien siente tu dolor solo puede demostrarlo estando a tu lado.

Tienes mis piernas cuando las tuyas flojeen, mis brazos cuando los tuyos tiemblen, mis ojos cuando los tuyos estén nublados de llorar y todo mi cariño lo tendrás siempre. 


¿Quién más va a llevarte nubes holandesas cuando lo necesites? 
¿Quién va a hacerte criticar un pésimo atuendo cuando debas sonreír? 
¿Quién te llamará desde el metro solo para ver si te tiembla la voz? 
¿Quién va a dormir pegada al teléfono pese a odiarlo solo por si a las 5 de la mañana necesitas un oído amigo?
Así que una vez más te digo que me tienes aquí para ayudarte con cada piedra del camino, porque o llegamos las dos hasta el final o no llega ninguna, ya lo sabes.
Sabemos que por mucho que ahora duela es mejor así. Todo empieza y todo acaba y el sufrimiento es demasiado cruel para vivirlo tantos años.
Te toca vivir por ella y por ti. Mil sonrisas, mil te quieros, mil abrazos, mil besos, mil historias... y yo contigo hasta cuando menos lo merezcas.
Porque para eso me he criado a tu lado, para cuidar a la hermana pequeña que nunca tuve, para preocuparme de que tengas con quien llorar, para que te obligue a comer cuando veo que te hace falta y sobre todo, para sacarte una sonrisa hasta en los peores momentos.
Miss Smiley, hoy puedes llorar, pero nunca, nunca, nunca olvidarás sonreír. 
Te quiero, hermanita.

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