jueves, 14 de abril de 2011

La entrada de E.

"Existe. Y sé que a base de vivir lo encontrarás."
Hoy voy a escribir dos entradas, aunque esta más bien la ha escrito E.
"Encontrarás lo que sea que busques aunque ni tú misma lo sepas."
Después de leer mi blog de ayer, estuvimos hablando hasta las tantas, como siempre, y todo terminó con una disertación de E. sobre mi.
"Encontrar a ese alguien implica encontrarte, 
implica que dejes de sentirte culpable por ser feliz, que aprendas a confiar, a creer en ti misma, a dejar que los complejos se queden en un rincón y, sobre todo, aprender a sobrellevar el peso de las maletas pasadas."

Sobre mi forma de entender el amor, lo que busco... vamos, algo que ni yo llego a entender.
"Tú siempre me dices que te hacen aprender, madurar."
Así que con su permiso, sin líos de derechos de autor porque nosotras compartimos y somos anti Sinde, voy a copiar exactamente lo que me dijo, ni más ni menos.
"Nos enamoramos, nos hacen daño,
seguimos intentándolo una y otra vez
esperando que la próxima sea la última vez.
Tenemos que intentarlo."


"Hola pesada.
Mi disertación es que creo que no buscas una persona, sino que te buscas a tí misma. A tí misma en los ojos de alguien. Alguien que no solo te haga ser feliz sino que te demuestre que las relaciones son algo más que trabas que terminan por disolver una relación en un período de 3 a 5 meses. Alguien que te haga confiar, que te deje ser tu misma, que haga que se te olviden los miedos y los complejos, alguien con quien sentirte protegida sin asfixiarte. Pero todo eso que ese alguien puede ofrecerte va más allá, porque encontrar a ese alguien implica encontrarte, implica que dejes de sentirte culpable por ser feliz, que aprendas a confiar, a creer en ti misma, a dejar que los complejos se queden en un rincón y, sobre todo, aprender a sobrellevar el peso de las maletas pasadas.
Siempre te he dicho que no se por qué se tienen relaciones con personas a las que realmente no se quiere. Tú siempre me dices que te hacen aprender, madurar. Con el paso del tiempo sigo sin entenderlo, para qué nos vamos a engañar. En mi cabeza no entra la idea de querer a mucha gente de diferente forma.
Me gusta tener explicaciones para todo. Por eso trato de explicar lo que sientes, porque si explico eso, puedo entender mis preguntas y puedo dejar de reprocharme si no estuve a la altura, si hice algo mal o por qué buscaste en otras personas algo que yo no te daba. Suena mal, pero es así.
Bien, a base de buscar explicaciones para todo, he entendido que si fallé en algo es irrelevante, porque es un dato importante saber que solo has estado enamorada una vez y que esa vez es la que lo condiciona todo.
El caso es que se que tienes miedo de no encontrar a tu yan, pero existe. Y se que a base de vivir lo encontrarás. Y también se que cuando ese yan venga a ti sabrás que estás preparada para ser feliz y no porque tu planta haya sobrevivido un año, sino porque a base de saltar charcos, a base de caerte por las escaleras, a base de experiencias, sabrás que es tu momento y esa es la persona.
Yo no se si esto tiene algún sentido o me estoy intoxicando con el insecticida.
No voy a disertar más ni sobre J., ni sobre P., ni sobre V., ni sobre Patry, ni mucho menos sobre mí.
Lo único que tengo claro es que la confianza que te falta a ti para saber que encontrarás a la persona adecuada, me sobra a mi. Te he preguntado si crees que B. y R. sobrevivirán, tú sin pestañear me has dicho que sí. Con la misma rotundidad se yo que encontrarás lo que sea que busques aunque ni tú misma lo sepas. Qué por qué lo se? porque lo sé y punto, no me hagas esas preguntas.
Que habrá alguien que te sorprenda una tarde de invierno, te regale ese lirio blanco y te de un beso al hacerlo. Es lo que te mereces y así será.
Te voy a contar un cuento que escuché hace poco:

Érase una vez un joven que se colaba siempre en las bodas ajenas con un amigo. Bailaban, reían e incluso se hacían fotos con los parientes y los novios sin que ellos supieran quiénes eran. Se lo pasaban en grande hasta que alguien se daba cuenta y los echaba. Si el día se daba bien podían quedarse en el festejo y cerrar la barra libre, si hacía falta. Fueron grandes tiempos para el vecino del 4º D.
Un día, en una de las bodas, nuestro amigo conoció a una mujer preciosa, estuvieron todo el banquete charlando y riendo. De pronto, empezó a sonar esta canción:
04:02Andrea Bocelli - Besame Mucho

Andrea Bocelli - Besame Mucho

56 reproducciones

Y nuestro amigo le dijo a la chica: ¿Bailas? y ella respondió que si con una sonrisa. Agarrados empezaron a bailar entre la muchedumbre. Nada importaba. Solo ellos y ese momento.
De pronto, uno de los vigilantes entró en la sala, llevaba cogido del brazo al amigo de nuestro vecino, al que unos cuantos invitados habían delatado. El vigilante cogió a nuestro vecino del brazo sin darle tiempo a despedirse de la joven muchacha y los echó del banquete.
Nuestro amigo pasó semanas intentando acordarse del nombre de la chica, de algo relevante sobre su vida que ella le hubiera dicho en algún momento de la noche, para poder encontrarla. Pero nada. Buscó y buscó y no volvió a saber nada de ella.
Lo único que le quedaba era el bolero, que escuchaba cada día, a cada hora, para recordarla, para no olvidar lo que sentía al bailar con ella. Le gustaba tanto la canción que hasta la puso de despertador! Todo el vecindario se levantaba puntualmente a las 7.30 al son del bolero del vecino del 4ºD.
Años después nuestro vecino decidió salir a la calle con la intención de olvidarse del maldito bolero y de todo lo relacionado con él por unas horas.
Al cruzar la calle, se encontró con una pitonisa que prometió leerle las cartas gratis. Nuestro vecino aceptó. De repente se encontró hablando y riendo con la pitonisa y al darse cuenta de que estaba siendo una tarde increíble, la invitó a cenar. Ella, por supuesto dijo que si, y tras una deliciosa cena, él la invitó a dormir a su casa. Ella volvió a aceptar. A la mañana siguiente nuestro amigo se despertó con unas ganas tremendas de escuchar su bolero. Miró hacia el otro lado de la cama y estaba solo. Y cuando digo solo es solo, no había ni pitonisa ni nada en la casa, se lo había llevado todo la muy zorra! Incluido... sí, el tocadiscos con el vinilo del bolero dentro.
El vecino rompió a llorar, ya no podría escuchar más su canción. Las 7:30 y el bolero que no sonaba, las 7:40, las 8... Aquel día no hubo "bésame mucho" en el bloque. Aquel día fue el principio de la vida de nuestro amigo. Descubrió que, aunque la pitonisa le había quitado todo, también se había llevado con ella su pasado y a la vez, le había regalado las únicas horas en años sin acordarse de su amada.
Aquel día aprendió a vivir.
Espero que le busques sentido."
E.

"No es echarte de menos lo que me mata,
es saber que un día me olvidarás."
"- No quiero perderte. - Su voz casi un susurro.
- Pero no quieres estar conmigo tampoco, ¿verdad?
A eso, no tuvo respuesta."
"Que habrá alguien que te sorprenda (...) 
es lo que te mereces y así será."

Nada más que decir...

Gracias E. 
por intentar entender lo incomprensible,
pero sobre todo, 
por pensar que no estaré buscando siempre.

   


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