jueves, 3 de noviembre de 2011

Ya verás como me olvidas...

Todos tenemos límites más allá de lo que creemos. A veces no somos conscientes de dónde se encuentra la línea de nuestras propias capacidades.
Esta tarde cuando he llegado a Príncipe Pío estaba lloviendo y el agua se filtraba a la estación. He pensado en lo mucho que me gustan algunas cosas que el resto de la gente odia. He llegado a la zona de los autobuses dándole vueltas a mil cosas, conversaciones, discusiones... Y he terminado comprando una enorme palmera de chocolate. Estaba comiendo tan a gusto cuando me he dado cuenta de que todo el mundo que pasaba me miraba como si me estuviera comiendo un bebé o algo por el estilo.
He empezado a prestar atención para ver qué pasaba. Casi todos con caras largas, gente hablando del mal tiempo que hace, criticando que llueve, que se les encrespe el pelo, que si las dietas, que si el trabajo, que si el dinero...
¿Tanto cuesta ser positivo? Suelo ser muy negativa, siempre he dicho que si no esperas nada, nada te decepciona y todo puede darte una alegría, pero ya estoy cansada.
Hoy me he sentado en uno de esos fríos bancos metálicos horribles e incómodos de la terminal de autobuses y he sonreído cuando Rojitas las orejas ha empezado a sonar en mis cascos, me he quedado allí comiendo chocolate, escuchando música y pensando en lo bonito que es el cielo cuando llueve.
Oyes decir "¡Qué tiempo tan malo hace!" y yo me pregunto... si estamos en noviembre ¿mal tiempo no sería 40 grados y sol espléndido?
Ay lluvia, lluvia, lluvia, nadie nos comprende. Anoche estuvimos juntas hasta las seis de la mañana, cuando el cielo comenzaba a cambiar de color. Estuviste a mi lado escuchando los pensamientos que no llegaba a pronunciar. Acompañándome en un intento poco fructífero de dormir. Tus lágrimas caían más rápido que las mías. Estás triste porque la gente no te comprende, porque nadie dice nada bueno de ti, oyes decir que a ver si terminas pronto, que eres un incordio... Y yo me pregunto, si tanto criticamos a la lluvia ¿por qué eres luego el ambiente perfecto para todo?
Dicen lluvia y pienso en una película, un bol de palomitas, una mantita y el crepitar de la chimenea.
Dicen lluvia y veo labios.
Dicen lluvia y recuerdo el brillo de las luces de las farolas sobre los charcos de cualquier ciudad.
¿Cuántos rostros ha tocado? ¿Cuántos besos ha acariciado? ¿Cuántos kilómetros ha recorrido? ¿Cuántos monumentos ha ayudado a perfilar? ¿Cuántas montañas ha sentido? ¿A cuántos mechones de pelo ha hecho gotear? ¿Con cuántas pestañas se ha encontrado?
Ahí está mi límite.
¿Dónde? ¿No está claro? Mi límite es la lluvia. No es el cielo ni el suelo ni la gente. Mi límite está en los rincones que la lluvia nunca llega a rozar. Es hora de empezar a pensar a lo grande. Así que quiero soñar que soy lluvia.
Esa lluvia que acaricia la piel, que enreda el pelo, que se desliza, que salpica, que enfría y se evapora.
Ya no más.
Tendré una dirección fija, como las gotas, pero me dejaré llevar por el viento, por la gente, por las nubes.
Caeré, pero sabiendo que es cuestión de tiempo volver al cielo.
Y sé que en algún rincón encontraré a alguien que ame la lluvia tanto como yo.


Ya verás, Funambulista

"No debí saber quién eras,
no debí contar mis penas.
Noviembre es siempre triste
y tú viniste proponiendo guerras.

Qué cosas se te ocurren, tú siempre tan concreta:
y si volvemos a empezar, ¿qué tal?
Yo sin saber dónde mirar, … y tú tan guapa.

Ya verás como me olvidas,
y te encuentro en cualquier bar pegando saltos de alegría,
y me dices que lo nuestro no era lo que merecías,
seré cosas que se cuentan, vueltas de la vida.

Que yo te vi primero, sobraba lo demás y cuando menos debo
te vuelves a cruzar, se cae el mundo al suelo,
que tengo lo que tengo, debo lo que debo y quiero lo que quiero.

Como si no hubiera pasado el tiempo y fuera ayer,
voy a acercarme lento esta vez, yo ya sabiendo que te irás,
… y tú tan guapa.

Ya verás como me olvidas,
y te encuentro en cualquier bar pegando saltos de alegría,
y me dices que lo nuestro no era lo que merecías
seré cosas que se cuentan, vueltas de la vida."



Me encanta la letra de esta canción de Funambulista, como las de Lo sé y Solo Luz. Supongo que en todas las canciones hay alguna línea que te hace sentir. Pero  ya verás como me olvidas... nadie se acuerda de la lluvia cuando aparece el sol.
 

Salvo yo...

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