martes, 1 de noviembre de 2011

Una noche y nada más

I Won't Let you go, James Morrison 

Ayer tuve una noche algo surrealista. Pasaron cosas que no me esperaba.
Ahora estoy tan sumamente cansada que mejor lo dejo para mañana, pero estoy escuchando a James Morrison y no puedo evitar pensar en mil y una cosas en general, en como todo puede cambiar cuando menos lo imaginas. 
Una noche no paras de darle vueltas a algo y a la siguiente todo se reduce a una ecuación verdaderamente simple que ya puso de ejemplo Shakespeare: Ser o no ser.
Somos nosotros quienes elegimos. 
Podemos pasarnos la vida preguntando si estamos haciendo lo que realmente queremos, podemos preocuparnos por lo que piensen otros, podemos querer huir de las miradas que juzgan y critican...
O podemos no hacerlo. 
Hoy me voy a la cama con la voz de James Morrison en mi cabeza sin preocuparme por nada salvo por si el destino tiene algo que decir o todo fue una locura de una noche que no volveré a ver nunca.
Me voy a dormir pensando en esa sonrisa después de besarnos, en esos ojos castaños que vi por primera vez anoche y que parecía que ya me habían mirado antes... No me hace falta volverlos a ver para saber que era eso lo que quería, que me moría por notar sus dedos en mi nuca, sus labios en mi cuello y sus piernas enredadas en las mías. 
Todos tenemos derecho a enamorarnos de una simple fantasía, de algo que no es real, algo que solo fue en un segundo determinado. Una fantasía es una fantasía, pero nunca podrán prohibirnos soñar con que a veces una fantasía se puede hacer real.

Anoche me di cuenta... que puestos a elegir no quiero un príncipe azul, quiero un justiciero enmascarado. Y como toda princesa de cuento tiene derecho a decir... hazlo real para mi

You make it real, James Morrison


Pudo ser o no ser, 
pero elegí lo primero.

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