jueves, 10 de mayo de 2012

Sin vergüenza...

El enésimo borrador rescatado del día. ¿205?


Esta tarde cuando he ido a coger el autobús a la hora de siempre he pensado unas cien veces "que no esté, que no esté, que no esté" en un intento por hacer desaparecer a alguien por quien casi se abre la tierra y me traga ayer.


Existe la gente tonta, la estúpida, la torpe, la cegata y, después, estoy yo. Lo lógico es que antes de hablar sobre alguien tengas cuidad y mires si está cerca. Pero no, yo empecé a hablar de un completo desconocido con el que a veces me cruzo en el autobús. Me acuerdo de la primera vez que le vi subir, llevaba unos vaqueros oscuros caídos y una camiseta de manga corta verde, el pelo rapado y la mirada triste.


Desde entonces cada vez que coincidimos trato de imaginarme cómo se llama, qué estudia, cómo es. Y siempre acabo con la misma conclusión... que no me caería bien si le llegase a conocer y que su atractivo es precisamente ese.


Entonces descubrí que a una amiga con la que voy también en el autobús le atrae un amigo de él y nos pusimos a hablar... dando unas descripciones tan exactas que cuando le vi bajarse saliendo de detrás de mi sitio me puse más que colorada, verde. Sí, vale, será tu pelo, tu forma de andar o tu colonia, pero jamás hablaré contigo, ¿por qué entonces sentimos vergüenza ante los desconocidos?


Tal vez sea cosa mía, tengo el umbral de la vergüenza estropeado. Soy capaz de bailar en Haarlem (Holanda) la Campanera de Joselito y tratar de aprender salsa en un local concurrido sin tener ni idea, pero me pongo azul en situaciones absurdas.


He pensado también en cierto tema relacionado con la vergüenza, la timidez. Veamos dos casos prácticos de la vida real. Por un lado, la incapacidad de dos personas de mostrar cariño en público aunque tengan ganas de hacerlo.


Si te apetece hacer algo, ¿por qué no hacerlo?¿Qué puede pasar?¿Que te vean? Menudo drama, ¿no? ¿Es mejor quedarse con las ganas de darle un beso?¿Es mejor dejar pasar el tiempo? ¿Y si esa hubiera sido tu última oportunidad? ¿Y si mañana te caes por una alcantarilla? ¿No es la vida demasiado corta para pasarla sintiéndonos observados por los demás? ¿En qué se basa ese tipo de timidez? Más aun cuando sabes que no te van a rechazar, que si le coges la mano no va a apartar la suya, que si rozas su cintura se acercará a ti.

El segundo caso práctico ya lo he mencionado otras veces y creo que guarda relación con todo lo que he dicho hoy.



Casey: "Almost dying in that manhole made me realize that I could die at any time, I could slip in the shower and... I've... been waiting... all this time to feel the way with Max that I've always felt with you. And ... if it's the end of the world, I wanna be with you!"




"Estar a punto de morir en esa alcantarilla me hizo darme cuenta de que podría morir en cualquier momento, podría resbalar en la ducha y... he estado esperando... todo este tiempo sentirme con Max como siempre me he sentido contigo. Y... si es el fin del mundo, quiero estar contigo."




No deberíamos tener miedo a lanzarnos al vacío, porque siempre lo que tenemos por ganar será mayor que las posibilidades de perder.


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