sábado, 5 de mayo de 2012

Imaginación y Postadolescencia.

Estamos ya en la recta final del curso. Se acercan los exámenes. Para algunos será el año de su graduación. Fiestas en 4º de la ESO y 2º de Bachillerato, celebraciones de final de carrera... para mí, es mi penúltimo año en la Universidad.


Anoche miré atrás y me pareció que el colegio estaba muy cerca. Estuve recordando momentos y personas, profesores y asignaturas. Pensé en lo cómodo que era ir a clase día tras día sin preocuparme mucho por lo que pasara al final de curso, cuando lo único que pensaba era "A ver si acabamos ya y nos dan las vacaciones".


En 2008 entré en la facultad, no ha pasado tanto tiempo, ¿no? Aun tenía 17 años y no sabía muy bien que pasaba con mi vida. Estaba en esa carrera porque no había plazas para la que yo quería, mi vida amorosa era digna de un culebrón, los que entonces creía amigos dejaron de serlo... y así fueron cambiando las cosas.



Ahora me doy cuenta de que abrir por última vez las puertas del colegio fue un paso más grande del que esperaba. Estuve 17 años rodeada de las mismas personas, conociendo de sobra a los profesores y odiando sutilmente a una gran mayoría.


Entre todos, hoy voy a hablar de la que por aquel entonces era "mi apéndice", que con 22 años cumplidos en enero se va a casar este 16 de Junio con aquel chico con el que empezó en 2007. Sí, las cosas has cambiado muchísimo. Ahora ya no llevamos uniforme, no nos vemos todos los días ni disertamos sobre si los colores son percibidos igual por todas las personas. Este verano, por primera vez, tendré una amiga casada.


He de reconocer que al principio la situación me pareció un poco surrealista, no me lo podía creer, pensé que era una locura casarse tan pronto tal y como están las cosas ahora mismo. Pero con el paso de los días recapacité, se quieren. Se quieren y quieren estar juntos para ellos y para el mundo.


No voy a negarlo, me da un poco de envidia que haya personas que no tengan tantos dramas, conoces a alguien, sales con él, os queréis, pasan unos años, os casáis... En el tiempo que ella ha pasado disfrutando de lo que siente por él, yo he dado tumbos sin cesar de un lado a otro, ruptura tras ruptura, dramón tras dramón, estancada en una adolescencia perpetua.


Pero... volvamos atrás, ¡22 años! ¿No se supone que estamos en la etapa de nuestras vidas en las que tenemos que ser una especie de postadolescentes con algo más de control hormonal, pero menos control mental por creernos maduros? ¿No es demasiado pronto? ¿No hay demasiados caminos como para elegir uno a los 17 años y seguirlo ya siempre?


Mi madre se casó a los 19 años. Hace dos años yo estaba con un tipejo con el que clarísimamente no podía funcionar. No puede funcionar algo que te choca desde el primer día. Un NO rotundo a tener hijos significa: Lo nuestro no va a funcionar no pienses a largo plazo. Pero entonces, ¿las relaciones tienen que ser pensadas solo a corto plazo? ¿O debemos pensar a largo plazo pero no decirlo en alto? Porque si dices que te imaginas un futuro con la otra persona empiezan los agobios, las asfixias y, como definitivo resultado sin premeditación, la ruptura.


¿Cómo saber quién es la persona adecuada? ¿Cómo no meter la pata imaginando algo que la otra persona jamás imaginará? ¿Cómo encontrar a esa persona que se vea a tu lado dentro de unos años sin que le falte el aire o piense que estás limitando su libertad?


No podemos saberlo. Solo podemos esperar que el tiempo siga su curso y que en algún momento de nuestras vidas (que para mi implica estabilidad laboral, financiera e independencia) encontremos lo que mi amiga ya ha encontrado, a alguien dispuesto a declararse y pedirte que pases la vida a su lado. Después de todo, tampoco significa que vayas a estar atado de por vida, no sé si es que la gente se olvida de la existencia del Divorcio, salir a la calle y que te pase por encima un autobús... Que alguien quiera casarse no implica en el siglo XXI que vaya a pasar el resto de su vida agobiando a su pareja.


Un poco de cordura. Casarse, a parte de ser una bonita celebración, no es más que unos cuantos trámites "por si acaso", que se han convertido en la explotación del ideal amoroso llamándole "El mejor día de tu vida". Si de verdad quieres a esa persona, no hay un solo día así, hay miles. Desde el primer Te quiero, al último bebé, desde la primera vez que duermes a su lado hasta el día que te mudas. Cada momento importa.


Pero mientras tanto, sigo teniendo 21 años, viviendo en casa de mis padres, sin trabajo, sin haber acabado aun la carrera y pensando ¡¡ES MUY PRONTO!! Quiero ser una loca postadolescente un poquito más... quiero poder imaginarme mil futuros de mil maneras y que lo único que por ahora nunca sea seguro al 100% sea la persona que estará a mi lado. ¿Por qué? Porque cada vez que lo he visto claro todo se ha desmoronado y prefiero que mis hijos imaginarios no pierdan otra imaginaria familia en mi imaginaria y bonita casa.


Además, no puedes imaginarte con alguien si no sabes si se imagina contigo, corres el riesgo de acelerar y acelerar hasta estamparte contra un muro de cemento. 


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