miércoles, 27 de octubre de 2010

Eutanasia

Bajo el solecito otoñal, sentados en la terraza de la cafetería de la Universidad, de tema en tema hemos llegado a uno muy polémico en la actualidad: la Eutanasia.
Me ha sorprendido ver que todos compartíamos la misma opinión, tal vez si la conversación hubiera surgido en una Universidad "políticamente diferente" las tornas habrían cambiado. Hace un tiempo leí una frase que no he podido olvidar "vivir es un derecho, no una obligación", entonces ¿por qué a una persona que no puede acabar por si sola con su sufrimiento se le prohibe elegir si quiere morir o quiere vivir?
Miles de veces escuchamos el mismo debate sobre el tema, eutanasia si eutanasia no... y sin embargo un caballo se rompe una pata y lo primero que todos dicen es "debería ser sacrificado", ¿acaso el caballo no podría curarse y seguir viviendo? "pobrecito, está sufriendo". Vaya, nos apiadamos de los animales, velamos por su sufrimiento, pero cuando le toca el turno a los humanos preferimos ver a alguien sufrir. Por supuesto si esa persona desea vivir es decisión suya, pero si te ruega ponerle fin a todo porque por el motivo que sea él mismo no puede... "lo siento, es asesinato." No, es un suicidio, pero igual que los bajitos necesitamos ayuda para alcanzar los estantes altos, algunas veces suicidarse no está en manos de quien lo desea.
Dicen que es una cuestión moral, que no se debe terminar con la vida de otra persona. Yo creo que es una cuestión de inmoralidad el decidir en el nombre de otra persona lo que debe o no debe hacerse con su vida si está sufriendo y rogando para que todo acabe.

¿Dónde termina el miedo y empieza la humanidad? Cada día somos más inmunes a las catastrofes que vemos en televisión, cada vez somos más insensibles ante el dolor ajeno... Es triste, pero a este paso llegará un momento en el que nada nos importe, evolucionamos tecnológicamente y retrocedemos humanamente a la era de las cavernas.

Solo espero que a quienes no apoyan la eutanasia no les llegue el momento de pedirla a gritos, ojalá no haga falta que lleguen a ese extremo antes de reflexionar sobre la moralidad del asunto.

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