lunes, 6 de junio de 2011

Pensamientos de madrugada, 4.20 a.m.

Anoche por fin volví a escribir. Supongo que la conversación que tuve con tres personas sacó algo de mí. 
No escribí para mi novela, escribí para mí.
Por primera vez en mucho tiempo cogí lápiz y un cuaderno y tumbada en la cama boca abajo empecé a contar una historia. Un cuento real que no creo que nunca llegue a enseñar a nadie. Sí, confío en quienes tengo que confiar, pero es demasiado... es demasiado auténtico, demasiado personal, demasiado yo. Tanto que sin darme cuenta llené varias caras tamaño folio y tuve que dejarlo para llorar a gusto. 
Nunca se me ha dado bien hablar de sentimientos. Las palabras fluyen mejor si oigo como se graban en el papel que si intento pronunciarlas. 
Algunas personas no saben expresarse de ninguna forma, otras pintan, otras cantan, otras escriben... Muchas veces me pregunto qué pasaría si todos dijéramos lo que sentimos cuando lo sentimos, sin miedo, sin dudas... simplemente soltarlo y punto. Aun así, creo que todos tenemos alma de artista porque todo aquel capaz de sentir tiene que encontrar su liberación.
Una vez, hace unos años, le dije a alguien que ojalá supiera dibujar como ella lo hacía. Recuerdo que me miró sonriente y me contestó que para qué si yo ya era una artista con las palabras. Y creo que tenía razón, puede que yo no sea una gran escritora y puede que nunca lo llegue a ser, pero ella tenía fe en mí y eso a veces es suficiente.

Empecé a escribir, por el principio absoluto para mí. Según avanzaba línea tras línea iba pensando en todas las partes de historias que han forjado mi personalidad tal y como es hoy. Creo que nunca he dado un punto de vista tan sincero de mis sentimientos y también creo que me quedan muchas páginas por relatar. Aun pensando que probablemente nunca se lo enseñe a nadie, quiero hacerlo. Tal vez un día lo lean mis hijos, quién sabe. 
Y hoy, otra conversación me ha hecho pensar y enlazar con las de ayer. B. me dijo que no quería que yo dejase de tener esperanzas de encontrar a mi "Noah" a esa pareja ideal con la que siempre he soñado, me hizo prometer que no dejaría mi parte "Allie" de lado. Yo le dije que que yo no tuviera una historia de amor perfecto llamando a mi puerta como en su caso, no quería decir que perdiera la esperanza de mi ideal romántico. Y esta noche, hablando con E. debatíamos sobre la estabilidad de las relaciones.
Yo siempre he pensado que son los amores locos los que dejan huella, que por muy dulces que sean los abuelitos de la mano en el parque a los veinte años lo que busco no puede ser eso. Desde los catorce años existe "el plan". El perfecto futuro para mí. Faltan tres años para que empiece, ¿por qué debería empezar a preocuparme ahora? 
Está claro que nadie puede evitar pensar en el futuro, pero desde hace tiempo intento no hacerlo. Hace unos años lo tenía claro, veía a mi pareja dibujando con mis hijos y haciendo el gamberro por la casa para hacerles reír con una cacerola en la cabeza y la voz de bebé que solía poner. Me acuerdo de que mirábamos en la misma dirección, queríamos lo mismo... pero no lo queríamos a la vez. Ella iba muy rápido, yo necesitaba más espacio. Ahora probablemente sería distinto, ayer me preguntaron que si ahora yo era la que podía ir deprisa, ¿por qué ir con calma? Muy simple... creo que si ella no me hubiera presionado, si simplemente se hubiera dejado llevar y hubiera intentado ralentizar su motor, tal vez todo hubiese sido diferente. 
Mi plan no empieza hasta dentro de dos años y medio. Hasta entonces quiero hacerme un tatuaje, hacer paracaidismo y dejarme llevar, sin más. Anoche me dolió que mi mejor amiga me dijera que está preocupada porque yo deje de lado los principios que me hacen ser quien soy. Sí, soy una romántica que quiere flores y sorpresas. Sí, veo miles de películas de amor y siempre termino diciendo "¿Por qué no pasará en la vida real?. Pero todo eso no quiere decir que tenga que negarme a vivir de otra forma. Para algunos es fácil encontrar a su media naranja, otros simplemente pensamos que hay que ser felices aunque en el fondo pensemos que vamos a sufrir después.
Es fácil quitarse la ropa y tener sexo.
La gente lo hace todo el tiempo.
Pero abrir tu alma a alguien,
dejándolo entrar en tu espíritu, tus pensamientos,
tus miedos, tu futuro, tus esperanzas y tus sueños...
eso es estar desnudo.
Claro que podría sentarme en el sofá, plantarme y decir "Ni uno más" por no ser como yo quiero. Pero creo que igual que yo no soy la niña que fui, todos podemos cambiar. 
Como siempre, una lista de pros y contras. Con P. y V. ganaron los contras de manera indiscutible. Ahora es más complicado, la balanza no termina de decidirse. 
Hace tiempo decidí que no volvería a dar segunda oportunidades en los temas del corazón. Segundas partes nunca fueron buenas. Todos tenemos derecho a una bala, un disparo, una diana. Hay que saber medir el viento, el reflejo del sol, los sonidos que nos pueden distraer, hay que ir despacio para estar seguros de que si  disparamos, no vamos a fallar. Como en muchas situaciones en la vida, a veces solo contamos con una oportunidad. El problema es que cuantos más contras acumula alguien más difusa se vuelve la diana. 
A veces... solo tienes que saltar del puente
y esperar aprender como volar en la caída.
Dos años y medio es mucho tiempo, pueden pasar mil cosas. Hoy le he dicho a E. que la estabilidad es algo que no conozco, porque no me puedo plantear algo estable hasta 6 o 7 meses después de haber comenzado... porque es el límite que he alcanzado antes de dañar o ser dañada. Lo positivo es que he aprendido de mis errores lo suficiente como para no hacer daño. Lo negativo es que por muchas veces que me lo hayan hecho a mí no puedo rendirme antes de tiempo. Si paras antes de que deba terminar, ¿cómo sabes que tenía que acabar?¿cómo sabes que no te has precipitado?¿o que no debías esperar un poco más? 
No quiero increíbles confesiones de amor
ni regalos caros
ni paseos románticos bajo la luz de la luna
ni que escribas canciones solo para mí
ni llamadas cada cinco minutos para decirme que me echas de menos...
Y esperas, esperas, esperas. 
Una y otra vez esperas a que todo suceda como en los libros.
Esperas a que corran detrás de ti para decirte que te quieren.
Esperas a que quieran como tú quieres.
Esperas que el tiempo ponga todo en orden.
Y esperas, esperas, esperas.
Te dicen que vas hacia el fracaso, que no funcionará, que no sienten por ti ni la mitad de lo que deberían. Y tú lo escuchas, claro que sí. Escuchas las opiniones de los demás y piensas "¿Qué hay de malo en esperar un poco más? Si ya he sufrido otras veces, ¿qué importa una vez más? ¿Es mejor esperar a que te rescaten de la torre en la que estás sola que esperar viviendo algo más? ¿Y si mi "Noah" nunca aparece? ¿Tengo que sentarme en la acera de la calle viendo la gente pasar hasta secarme como una flor en pleno Agosto madrileño?" Pero claro, cómo no escuchar a las personas que se preocupan por tu felicidad. Lo haces y te obligan a pensar, te hacen dudar de tus decisiones y te planteas comprar cinco kilos de helado de chocolate y mandar tus esperanzas bien lejos. 
Pero cuando no tienes nada que perder, salvo otro trocito más de corazón... solo puedes ganar o volver al punto de partida. 
Ayer B. terminó diciendo que me gusta complicarme la vida, que siempre me busco gente con la que no puedo tener algo normal. Y tiene razón. Pero cómo voy a buscar una relación normal si lo que yo quiero es algo que me haga temblar por dentro. No quiero que me llamen a diario ni que me digan cada veinte minutos que me echan de menos. Quiero a alguien que sepa qué hacer para hacerme reír, que se preocupe por mí y que me quiera... pero por lo visto, eso es más complicado para mí que para el resto de mi entorno. Sí, podría ir a lo seguro, pero ¿dónde estaría la gracia de la incertidumbre? 
¿Dónde estarás dentro de cinco años?
Dentro de cinco años debería estar trabajando y planteándome tener mi primer bebé. 
Conseguirlo es lo complicado.

En un capítulo de mi serie favorita (Being Erica) la protagonista tiene la oportunidad de vivir 24 horas totalmente libre porque al terminar el día todo volvería a empezar de cero como si nada hubiera pasado. Si yo pudiera vivir 24 horas sin pensar en las consecuencias creo que lo más importante que haría sería ir diciendo a cada persona TODO. Aunque creo... que igual con 24 horas no tendría suficiente. 
Son dos preguntas típicas: dónde te ves dentro de X años y qué harías si pudieras hacer todo lo que quisieras sin consecuencias (otra pregunta típica es qué harías si fueras a morir mañana pero creo que es bastante similar a la otra).
Así que no tengo nada más que decir que...


¿Tú dónde te ves? y...
¿Qué harías si no importase el mañana?
  

1 comentario:

  1. Wow es una de las cosas mas hermosas que lei :) felicitaciones segui escribiendo
    ojala que veas esto porque llegue tarde a comentar jaja :S
    saludos atte: maca :)

    ResponderEliminar