viernes, 16 de marzo de 2012

Dos miedos paralelos.


Ayer N. me dijo: ¿te has dado cuenta de cómo vas vestida? Obviamente no sabía a que se refería hasta que dijo: ¡El famoso cinco de marzo!


Y he vuelto atrás en el tiempo. He vuelto un año y once días atrás. Estaba ahí delante del espejo mirándome y pensando que nada me sentaba bien, de los nervios... solo quería estar guapa por una noche. Al final decidí seguir el consejo de N.: el rojo nunca falla. Me puse una camiseta roja, una minifalda de cuero y salí pensando que igual no iba perfecta, pero iba cómoda y me sentía bie, aunque seguía de los nervios.


Lo único que yo quería entonces era que se fijara en mí. Que quisiera estar conmigo. Las cosas han cambiado muchísimo en un año.


Pensaba que cambiaría, que sería lo que yo quería. Pero las cosas no son así, la gente no cambia simplemente porque queramos que sean o que nos traten de otra forma. Me habría gustado que me hiciera más veces sonreír, que me abrazase, que me quisiera, pero lo que no puede ser no puede ser. Y un año más tarde, todo tiene sentido.


Me enfadé, más conmigo misma que con él, por estúpida, por pensar que había algo más cuando claramente no era así. Ahora veo que lo que quería estaba a la vuelta de la esquina, solo tenía que esperar. Yo buscaba que me tratasen... con amor, que me mirasen con cariño, que me abrazasen... y ahora lo se.


El día 19 de febrero por la noche lloré, porque me di cuenta de que había encontrado lo que buscaba y no iba a ser fácil... pensé que él no querría estar conmigo, que el no buscaría lo que yo, que no sentiría esa extraña sensación cada vez que le miraba...


Pero ya no tengo miedo, porque aunque yo lloré y me asusté, él me hizo ver que merecía la pena. Sé que las cosas no van a ser fáciles, pero tengo claro que si cada vez que nos vemos me siento tan bien... Algunos dirán que no nos conocemos, pero no es verdad. ¿Cómo no vamos a conocernos si somos la misma persona?


Contigo puedo reír sin preocuparme por nada, puedo jugar al futbolín, ver Star Wars, rayarte con mis películas favoritas, volver a reír. Podemos hablar y tener opiniones diferentes. Podemos estar horas y perder la noción del tiempo. Comer a las seis de la tarde, acostarnos a las cinco de la mañana...


Contigo saco todo lo que llevo dentro. Me has visto reír a carcajadas, llorar por estar triste y llorar en cada despedida. Sabes que odiaré cada despedida y esperaré cada encuentro como si fuera el primero. Me acuerdo de bajarme del tren y verte esperando en el andén. Me acuerdo de tu sonrisa cuando me viste y de como se disiparon mis dudas en ese segundo.


Cada uno de los momentos que he vivido desde que te conocí han significado más que meses... Cuando compré los billetes para ir a verte sin saber dónde me estaba metiendo, cuando te vi aparecer en el cruce de mi calle y bajaste del coche, cuando te reíste de un cd que grabé con trece años, cuando tus manos me tocaron por primera vez, las veces que me has cogido de la mano o abrazado en el sofá...


No sé qué pensaré dentro de un año, pero ahora mismo me gustaría verte y que el tiempo dejara de avanzar. Suena cursi... no lo niego, pero cuando algo llega sin que te lo esperes no puedes girarte sin más y verlo pasar sin luchar por conseguirlo.


Me compraste trufas, bombones, ositos y moras. Pusiste velas y música. Y ahora cada vez que pienso en chocolate pienso en ti. Me viste jugar con los ositos de gominola como una niña pequeña, me has visto taparme con timidez y hacer el idiota desnuda.


Hemos hablado de libros, de música, de películas, de series, de posibles apocalipsis zombies... Me viste abrazar un cerdito verde de los Angry Birds y cuando volvimos a vernos me lo regalaste. Me aguantas cuando te chincho diciendo que no vas a la universidad sino a la granja-escuela y cuando me pongo de parte de tu madre.


Me despedí veinte veces de ti la última vez que estuvimos juntos y aun así creo que no fueron suficientes. Antes de verte marchar ya te echaba de menos.


Cada vez que hablamos te siento un poco más cerca y un poco más lejos. Son 4 horas. Nos separan 4 horas. Echamos de menos las cosas que nos hacen sentir porque nos provocan sentimientos incluso después de alejarse. Dicen que queremos lo que no podemos tener. Yo creo que buscamos emoción, algo que nos haga vibrar, da igual si es fácil o difícil, si está lejos o cerca, lo que realmente importa a la hora de la verdad es que sea lo que hemos estado esperando aun sin saberlo.


Me ducho y pienso que el agua está más caliente si tu piel está debajo del grifo junto a la mía. Entro en la cocina y me acuerdo de verte cocinando con música de fondo y abrazarte por detrás.


Eres cabezón, como yo, aunque lo niegues. ¿Cuántas personas se obcecan en hacer carne a la brasa a las cuatro de la mañana? Dices que no puedo conseguir siempre lo que quiero, que no puedo ganar siempre...


Te asustas cuando hablo de bebés y nos decimos una y otra vez que no vamos a durar más allá del 19 de agosto. Porque no puedo conseguir siempre lo que quiero... o eso dices, si yo quisiera durar más, ¿qué pasaría? ¿qué cabezón ganaría?


Pero es que no sé si tendremos tiempo... Tiempo para viajar, ver el cielo lleno de estrellas en Marruecos, visitar las pirámides... Quiero enseñarte los sitios que me han enamorado. Quiero que veas conmigo Sintra, Lucerna y Utrecht. Quiero ser tu copiloto por España y mirar la cara que pones al conducir.


Quiero que sigas dando datos sin sentido, que me hables de animalitos y que yo me invente puntuaciones para hacer ganar a los gatos sobre los perros.


Y después de todo esto, me pregunto... ¿no fue el día 19 de febrero de 2011 cuando salí de fiesta con la gente de clase y empezó aquella historia? No me acuerdo del día exacto, pero quién sabe. La vida está llena de coincidencias.
Yo creo que el universo siempre tiene un plan, tú crees que todo se puede razonar. Yo creo que recibimos señales y que el destino nos ayuda a seguir el camino correcto, tú crees en las casualidades.
Yo creo que no todo tiene explicación y tú tarde o temprano me darás la razón y me dirás "I'm a believer".
Pero antes he mentido... sí que tengo miedo. Ahora que tengo lo que quiero, me da pánico perderlo... Gracias por abrazarme fuerte cuando lloro, gracias por estar aunque sea lejos, gracias por susurrarme Te quiero.

Ángeles, Marwan.

Lo malo es echarte de menos... 
los labios que nunca mordemos,
lo bueno es saber que en tu ropa interior 
hay bolsas de caramelos.
Lo triste es que vivo en un túnel 
si no me sujeto a tu ropa,
lo alegre es tu lengua al buscarme 
que en vez de saliva me trae amapolas.
Lo raro es que al irse tu pelo 
ya no cicatriza la almohada,
normal es que cuando me miras 
la vida me da seis vueltas de campana.
Lo feo es la piel protestando 
pidiéndote todas las noches,
lo bello es tu pecho de niña 
y el vaho abrazado al cristal de tu coche.
Lo fácil sería desquererse, 
pero ¿quién rebobina este cuento?,
difícil mirarte a la cara 
mientras doy pedales contra tu recuerdo.
Tú eres un beso sin rumbo 
y yo un corazón sin respuesta,
los dos nos quedamos sin pulso 
al rompernos la boca con tanta obediencia.
Y es que somos...
dos ángeles con sexo, 
el tiempo que ahora pierdo
haciendo estas canciones 
es el tiempo que te debo.
Dos ángeles con sexo,
 dos miedos paralelos...
mi boca esta clavada en el madero de tu cuello.
Lo malo es que siempre te he dado 
mucho más de lo que tenía,
lo bueno es que dándote todo 
supe que te di lo que te merecías.
Lo triste es que no hay provisiones 
si estoy lejos de tus caderas,
lo alegre es tocarte el culo en un bar 
sin que el resto se haya dado cuenta.
Lo raro es que a estas alturas 
ya quiero follarte hasta el alma,
normal es querer conocer 
el millón de secretos que hay en tu espalda.
Lo feo es no ser insolentes 
como fueron Adán y Eva,
lo bello es que anoche aprendí 
que el kilómetro cero está entre tus piernas.
Lo fácil un charco de babas 
cada vez que viene tu risa,
difícil será olvidar el nombre de los bares donde tú respiras.
Tú eres un beso sin rumbo 
y yo un corazón sin respuesta,
los dos nos quedamos sin pulso 
al rompernos la boca con tanta obediencia.
Y es que somos...
dos ángeles con sexo, 
el tiempo que ahora pierdo
haciendo estas canciones es el tiempo que te debo.
Dos ángeles con sexo, 
dos miedos paralelos ..
mi boca esta clavada en el madero de tu cuello.
Dos ángeles con sexo, 
el tiempo que ahora pierdo
haciendo estas canciones es el tiempo que te debo.
Dos ángeles con sexo, 
dos miedos paralelos ..
mi boca esta clavada en el madero de tu cuello.
De tu cuello..."



"Haznos desaparecer..."- El ilusionista.
"¿Cuánto tiempo tenemos?" - The Jacket.

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