miércoles, 24 de noviembre de 2010

Perdida en Gran Vía

“Si ves una chica que te gusta, acércate a dos metros.
Si a esa distancia te sigue gustando, habla con ella a un metro.
Si tus chorradas la hacen sonreír, a 50 centímetros.
Luego, siéntate a su lado, a 30 centímetros.
Cuando sus ojos empiecen a brillar, coloca un mechón de pelo rebelde tras su oreja, a 15 centímetros.
Si permite que le toques el pelo, háblale más de cerca, a 8 centímetros.
Si  notas que su respiración se acelera, pega tus labios a los suyos.”
El amor dura tres años, Frédéric Beigbeder
Todos hemos tenido alguna vez la sensación de no querer volver a casa, o eso quiero creer. Aunque fuera haga frío, aunque solo estemos en un banco leyendo casi sin luz, da igual. Retrasas todo lo posible el instante de volver. Miras a la gente, lees, esperas, piensas, piensas, piensas, piensas.
Es entonces cuando me ha venido a la cabeza una breve conversación en clase sobre la ley de atracción, según la cual si de verdad te centras en conseguir algo, lo terminas consiguiendo. Me recuerda a cuando de pequeña después de ver cincuenta veces la película Matilda, me empeñé en mover cosas con la mente. Me quedaba un buen rato mirando algo pequeñito para ver si conseguía moverlo tan solo un poco... pero nada, y lo peor de todo, es que de vez en cuando aún lo intento. ¿Quién sabe?
Pues en esto igual, todos los días me concentro todo lo que puedo y no hay manera, lo que quiero nunca llega. ¿Por qué a algunos la vida les pone todo fácil y a otros ni siquiera haciendo estupideces atronómicas se nos da una tregua?
Ahora mismo, ya en casa, estoy con la mente en otra parte. Creo que la he perdido por Madrid y aquí solo está mi cuerpo, escribiendo sin pensar. Madrid, Madrid... ¿cómo me va a apetecer volver a casa pudiendo pasear de noche por Madrid?

“Yo buscaba el cielo en tu mirada
y nunca sabré lo que encontraste tú.”
Catorce vidas son dos gatos, Fito y los Fitipaldis
Me quedo mirando la pared que tengo delante y pierdo la noción del tiempo. Un nuevo intento de probar la teoría de la ley de atracción. Mañana un nuevo día sin resultados, tal vez es mi falta de optimismo lo que hace que no funcione.
Hoy me he leído El amor dura tres años, al principio me ha deprimido... pero al final me ha hecho darme cuenta de que yo no soy la estúpida en un mundo donde la mayor parte de la gente piensa que el amor no es que no dure, es que no existe. No, sonará prepotente pero es la verdad: Yo tengo razón, los que piensan lo contrario NO. Puedes repetirte mil veces al día que no te enamorarás, que no existe el amor, que es una cuestión meramente hormonal, que no significa nada. Puedes repetirte mil veces al día que la tierra es plana, pero no por eso llevarás más razón.
Preocupate cuando un loco persista en su locura, porque entonces tal vez tenga razón.

"Usted nunca será una hortaliza porque hasta las alcachofas tienen corazón."
Amelie.
Ya han pasado las doce, eso quiere decir que es el día del cumpleaños de mi hermano. 26 años. Nos hemos visto crecer, llorar, reír, hacer estupideces. Nos hemos pegado, insultado, manipulado. Pero al fin y al cabo somos hermanos. Y aunque hablemos más con las paredes que entre nosotros, sé que por mucho tiempo que pase seguiremos estando el uno para el otro.
Hace casi un año, pasé el peor día de mi vida. Recuerdo perfectamente el instante en que supe que pese a ser casi dos desconocidos, no sabría qué hacer sin él.
Son las fechas... que me ponen melancólica.

“Let's get these teen hearts beating faster, faster…”
Lying is the most fun…, Panic at the disco.






Parece que fue ayer cuando 
aún no me dejaban ir a Madrid
y ahora mis pensamientos 
están perdidos en la Gran Vía.


        

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