“Si te cabe el cielo en un abrazo siempre habrá una estrella para ti. Si catorce vidas son dos gatos, aun queda mucho por vivir.” Catorce vidas son dos gatos, Fito y los Fitipaldis |
Hace un par de días, viendo Greek, vi una escena que me hizo pensar. El chico, sentado en el tejado, mira a la gente divertirse en una fiesta temática del fin del mundo mientras piensa si no debería ir tras la chica a la que acaba de rechazar pese a quererla. La mejor amiga de ella se sienta a su lado y le dice: "Es el fin del mundo, Cappie. ¿Qué vas a hacer?" Cuando está a punto de ir a por ella, se arrepiente y la deja marchar.
¿Cuántas veces dejamos escapar oportunidades de ser feliz? Como si solo fuera arena de la playa escapándose entre los dedos. Supongo que pensamos que si hemos podido coger arena una vez, podremos hacerlo otra, pero ¿para qué? ¿para dejar que caiga como la vez anterior?
“Si no te ha sorprendido nada extraño durante el día, es que no ha habido día.” John Archibald |
Pobre corazón que no sabe qué decir.
Catorce vidas son dos gatos, Fito y los Fitipaldis
Tiro monedas a los pozos, soplo pestañas caídas, busco estrellas fugaces, apago las velas de la tarta, me como doce uvas en doce campanadas... Pero no sé si creo en la suerte. Creo en el destino, creo que "El universo siempre tiene un plan". Y aun así a veces me quedo mirando al cielo preguntándome mil cosas. Todo lo resuelvo igual... un tren y un columpio, nunca dos metáforas me dieron tanta confianza. Pase lo que pase nos movemos, avanzamos. Aunque el tren se detenga o frenes el columpio tarde o temprano volverá a ponerse en marcha. La cuestión es si estás dispuesto a quedarte parado mucho tiempo.
“Sé que me cuentan los días los abrazos sin hallarte, y me recuesto en el suelo y se me eriza el pelo en solo recordarte.” Duerme conmigo, Marea |
¿Existe la suerte o la creamos nosotros? Si se puede frenar de cuando en cuando... ¿se puede pisar el acelerador? Ojalá fuera tan fácil como contar las estaciones que quedan para llegar. Ojalá tuviéramos la seguridad de tener el recibimiento que siempre hemos querido. Pero como todo eso no es posible, tenemos que contentarnos con la emoción, los nervios y la excitante angustia que padecemos cada vez que el tren toma una curva. Es la curiosidad la que nos mata y nos hace vivir. Esa necesidad infantil de ver que hay tras la puerta cerrada. Te acercas, un poco, un poco más, otro poco, solo un paso más, rozas el marco de la puerta con las yemas de los dedos... pero el picaporte está demasiado alto, solo puedes mirar por la cerradura y soñar que la silueta que ves abrirá desde el otro lado. Una absurda sensación de impaciencia recorre nuestro sistema nervioso.
Creo que la suerte depende de las ganas que tengas de ver qué pasará, depende de que nuestra fuerza se base en la mera curiosidad. Lo demás no es suerte, es azar. Y el azar no abre cerraduras.
"La verdad no se encuentra, hijo. Ella lo encuentra a uno" Marina, Carlos Ruiz Zafón |
"It's the end of the world, Cappie. What are you gonna do?"
me gusta lo que escribes, te felicito :)
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