lunes, 22 de noviembre de 2010

En medio de las vías

“Y son tus ojos… me provocan,
me chocan, te soñé…”
Te soñé, Erreway
Me he despertado a las 5 de la madrugada, para un día que consigo dormirme a las dos. Me pitaban los oídos, me escocía la garganta y la cabeza amenazaba con estallar. Pero con tal de ir hoy me he tomado las correspondientes medicinas y he salido. Cuando he vuelto a casa estaba tiritando otra vez, pero sonriendo.
Sin embargo, hay días que no podemos disimular, que si estamos mal parecemos almas en pena. ¿En qué se diferencian dos días con el mismo malestar?
Eso sí... después de un día entero sonriendo solo puedo pensar en tirarme a la cama y no moverme hasta dentro de una semana. ¿Lo peor? que no puedo hacerlo... ¿lo mejor? que tampoco quiero. Muchas veces apetecen cosas que en el fondo no queremos hacer.

“Y te miré… hicimos el amor con furia
lentamente… tus ojos y los míos,
chocaron tan de frente 
que se detuvo el tiempo…”
Te soñé, Erreway

“- Te quiero
- Yo también te quiero, pero no espero que me esperes…
- Si dos personas deben estar juntas encontrarán la manera de regresar.”
Chuck y Blair, Gossip Girl
¿Cuando solo te apetece abrazarte a la almohada a dormir un resfriado... qué puede hacer que te levantes como si nada? Sonríes, disimulas, tiritas, hablas, bostezas cada dos por tres, te ríes... ¿por qué? Basta con un plan entretenido como una película esperada, o se esconde algo más.
Cada persona es un mundo. El caso es que en lo poco que he dormido he tenido un sueño rarísimo, para variar, y me he levantado con una sensación extraña. No recuerdo casi nada, pero sé que me estaba gustando. Pese a que me dolía hasta la piel sonreía como una idiota al abrir los ojos... para encontrarme a mi misma con fiebre a las 5 de la mañana a oscuras en la habitación.
¿Son los sueños que no sabemos que tenemos los que marcan el ánimo que tendremos el resto del día? Cuando alguien dice: "yo nunca sueño", no puedo evitar no creerlo. Pienso que todos soñamos hasta cuando creemos que no lo hacemos y que por eso unos días nos levantamos con un humor de perros y otros somos los más sonrientes. Y si esos sueños son productos de nuestra mente... ¿por qué no podemos controlar a nuestro antojo como queremos estar?


“Y soñaba calentar lo de abajo del ombligo,
yo soñaba que quería soñar contigo,
eso somos tu y yo, el cielo y el suelo,
putadas y amor, pereza y desvelo,
lija y terciopelo…”
Lija y terciopelo, marea


Esperamos soñar lo que queremos que suceda en la realidad,
y esperamos que suceda lo que queremos soñar.
Que nos salven de la colisión. Que nos quiten la venda.
 


Si pudieras elegir lo que quieres soñar,
¿qué sería?

  

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