Entre en la Universidad con 17 años, después de haberme pasado desde los tres en el mismo colegio, rodeada de la misma gente día tras día. Nunca se me ha dado muy bien relacionarme con los demás, no soy precisamente la persona más sociable que hay. Aun así nos conocimos y después de vacilarme varias veces porque legalmente era una universitaria que no podía pedirse una cerveza, nos hicimos amigos.
Aquel primer año pensé que alguien como tú no se fijaría en alguien como yo y aun así recuerdo que le dije a mi mejor amiga "Tengo años de carrera por delante, tiempo al tiempo", en ese momento no supe a qué me refería con "tiempo al tiempo", supongo que todos creemos que si deseamos algo con la suficiente fuerza, termina por pasar.
Yo te contaba mis historias, tú a mi las tuyas. Y un día, hace relativamente poco, una de esas historias se terminó y tú y yo nos fuimos a un parquecito a hablar. Por un segundo creí que no eras tan imposible, pero mi pesimismo natural me quitó esa idea de la cabeza en seguida. Seguías hablándome de las chicas con las que tonteabas y yo seguía dolida por la última ruptura.
Aquella tarde me di cuenta de que eres la única persona que siendo del sexo masculino me hace confiar. Puede sonar cursi, pero es así. Soy desconfiada por naturaleza, las últimas veces que he estado con alguien no me sentía yo misma, no era natural... era como interpretar un mal guión, un personaje que no estaba hecho para mi. Sin embargo, tú eres mi amigo antes que nada más. Puede que no sepas qué música me gusta, cuál es mi canción favorita o dónde me gusta ir a desconectar, pero sabes hacerme reír, podemos hablar de cualquier cosa y no tenemos porqué cortarnos por nada.
Un sábado de febrero salimos con los de clase. No podía ir más horrible la verdad. Llovió, las fotos son testigos de cómo quedó mi pelo, los labios se me pusieron morados del vodka negro... pero esa noche pasó algo que no me esperaba aunque lo buscaba.
"Started with a kiss." |
Me has pedido que escriba sobre lo bueno y lo malo de ti. Es complicado. Bueno y malo, decide tú qué es cada cosa: Tengo miedo de que lo que empezó con un beso, termine con otro sin saber cuál. Quiero seguir riéndome y siendo tu amiga, hasta en los momentos más raros para ello. Me asusta que seas como otros, que hagas que me arrepienta de confiar en que no me vas a hacer el mismo daño. Me va a seguir haciendo gracia tu carita de niño bueno cuando cierras los ojos y tu forma de hablar en inglés sin saber porqué. Cuando hacemos el idiota, nos lesionamos o soltamos alguna "gacelada". Cuando pienso que no soy tu tipo, que en cualquier momento te darás cuenta. Que no me atrevo a pensar demasiado alto que soy un capricho pasajero, que en realidad no quieres que seamos más que eso. Tu forma de acariciarme la espalda tirados en el césped, la mirada que pones antes de darme un beso y cuando lo haces sin que me lo espere. Somos diferentes en tantas cosas que a veces pienso que es inexplicable que empezáramos a ser amigos.
¿Qué es bueno y qué es malo? Es relativo... Según como se mire. ¿Es bueno tener miedo porque eso significa que algo te importa o es malo porque significa que crees que puede salir mal? ¿Es bueno pensar en cada mirada o es malo crear expectativas que pueden no cumplirse?
Me has dicho que qué no me atrevo a decirte. Son las tres de la mañana y aun estoy dándole vueltas a cómo decir algo que no dices sabiendo que la otra persona lo va a leer...
¿Qué es lo que no digo? No digo que me importas más de lo que crees, porque no sé cómo explicar que me importas como amigo y como algo más. No digo que tenga celos de verdad, porque si lo digo en serio y no en broma, se hace real. No digo que quiero estar contigo, porque creo que tú no piensas lo mismo. No digo la mitad de lo que pienso porque creo que si lo digo en voz alta me pareceré estúpida a mi misma y bastantes complejos tengo ya como para añadirme otro.
Me da miedo pensar con antelación, por si llegado el momento ya hemos dejado lo que quiera que sea esto. No quiero ni pensar en que termine mal y se vaya a la mierda nuestra amistad, pero no tiene porqué terminar mal. El otro día me dijiste "no pienses ya en el final", no lo puedo remediar..
"Te busco, te encuentro, me muero, te pierdo, me arranco y me voy con el viento a tu portal. El cuento se acaba, la llama se apaga. Me llamas y vuelta a empezar." Ahora, Luis Ramiro. |
Ahora sabes lo que pienso, pero yo no. Estás a tiempo de dar marcha atrás o decirme lo que piensas. Tienes tres días sin verme por delante, si te acuerdas de mi dime lo que piensas, si no te acuerdas hasta que vuelvas a Madrid... no me digas nada.
Solo espero que, como digo siempre, hagas como que no has leído nada. Tú me has pedido que te dedicara mi blog, cuando en casi todos siempre hay algo para ti. Así que el único que solo habla de ti, espero que lo olvides.
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