Me he pasado más tiempo deseando que actuando. He tenido más esperanzas que experiencias. He odiado, querido, llorado, reído y cuando todo me ha ido mal... he cerrado los ojos con la ilusión de que al abrirlos comenzase una página diferente de mi vida.
Nunca funciona.
"Supongo que a todos nos hace bien llorar de vez en cuando...
Las lágrimas limpian el ambiente, así como la lluvia."
Drácula, Bram Stoker.
Hace años empecé a creer que no importaba cuantas cosas malas me pasaran porque tarde o temprano todo termina, puede que con final triste o feliz pero hasta la circunstancia más incómoda tiene su fin. Con esa Esperanza empecé a ver que no es fácil tener una idea así cuando todo parece ir siempre a peor.
Como si alguien quisiera jugar conmigo, perdí a alguien muy importante y me pregunté si todo era una broma macabra para que dejara de intentar pensar que a la larga lo malo acabaría.
Recuerdo aquel día como si fuera ayer... la voz de mi padre al teléfono al darme la noticia, el edredón amarillo de la cama donde me tumbé a llorar sin parar durante horas, los recuerdos golpeándome en el pecho... quitándome la respiración.
Fue hace tanto que parece increíble que el simple hecho de llevarle flores por su cumpleaños me siga desgarrando el corazón, sus flores favoritas que también son las mías. Aun ahora parece que no sucedió, que iré a su casa y me abrazará como solía, con ese olor que a veces encuentro al andar por la calle en el perfume de otra persona.
Todos pasamos por momentos que nos hacen replantearnos nuestra forma de ver la vida, la fuerza está en los que consiguen aclarar las ideas antes de ser aplastados por la crudeza de la realidad.
Aun así sufrimos las consecuencias del tiempo cuando de vez en cuando nuestras ganas de sonreír se ven mermadas. ¿Autoestima? No sabemos lo que es. ¿Voluntad? Escondida en algún cajón. ¿Debilidades? Gritándonos al oído. ¿Miedos? A flor de piel.
¿Dónde está esa pequeña vocecita que te dice: puedes con eso y con más, no te preocupes...?¿Por qué las caídas a veces a largo plazo pueden hacer que vivir nos intimide?
Anoche estuve hablando con mi amigo A. sobre mis inseguridades emocionales. Me entró el pánico al golpearme viejos temores. Empecé a recordar los cánones de belleza de la sociedad actual que no cumplo y algo dentro de mí dijo "oh oh... no soy alta ni guapa, no tengo un pelazo impresionante, no estoy delgadita ni tengo las piernas largas ni las medidas perfectas, no tengo los ojos claros ni manos de pianista, tengo cicatrices en las rodillas testigos de mi torpeza, no estoy morena, no tengo la voz suave y dulce... físicamente estoy lejísimos de ser el ideal de nadie."
No soy superficial al buscar que me completen, pero sé que la gran mayoría si lo es y que yo no doy la talla. Pocas veces me he sentido segura con alguien y a la mínima el temor vuelve y creo que no lo voy a superar.
Quiero ser la actriz que en la película está increíble recién levantada. Quiero ser a quien quieren ver al despertar. Quiero ser la persona a la que vean especial en cualquier situación. Una vez hace mucho tiempo alguien me hizo sentirme así y ahora me acobardo al pensar que tal vez nadie vuelva a verme con esos ojos y que nunca sientan por mí lo que sienta yo.¿Qué podemos hacer cuando desaparece la esperanza?¿En algún momento llega a desaparecer por completo o es una ilusión de invisibilidad? Si se va... ¿qué queda?
"Me gustaría tener algo más que el recuerdo de algunos besos y unas palabras entrecortadas llenas de patetismo." El retrato de Dorian Gray, Oscar Wilde. |
Drácula, Bram Stoker.
"Es triste pensarlo, pero sin duda el genio dura más que la belleza. Eso explica que nos esforcemos tanto por cultivarnos. En la lucha feroz por la existencia queremos tener algo que dure, y nos llenamos la cabeza de basura y de datos, con la tonta esperanza de conservar nuestro puesto. La persona que lo sabe todo: ése es el ideal moderno. Y la mente de esa persona que todo lo sabe es una cosa terrible, un almacén de baratillo, todo monstruos y polvo, y siempre con precios por encima de su verdadero valor."
El retrato de Dorian Gray, Oscar Wilde.
"Aprovecha los malos momentos para descubrir qué te hace temblar."
El camino del arco, Paulo Coelho.
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