Cuando he salido de mi casa estaba lloviendo. En los escasos segundos que he tardado del coche al metro me he calado entera, pero no hay nada lo suficientemente desagradable en el agua como para que deje de gustarme, ¿por qué no será así todo?
En el trayecto hacia la facultad he estado pensando sobre algo. Hace poco que decidí decir adiós a una parte muy importante de mi. Es justo cuando te despides cuando el universo se empeña en ponerte a prueba. El lunes, mientras leía por enésima vez Romeo y Julieta, vi caer al suelo desde el libro una foto nuestra. La guardé intentando no ponerme nostálgica.
Ayer, una amiga a la que hace tiempo que no veo, se encontró conmigo en el autobús. Al principio nos reímos, ella iba un poco borracha y dijo alguna tontería... y entonces pasó lo que me temía, habló de ella.
"No quiere que nadie hable de ti, eres un tema tabú porque no quiere recordar", "no entiendo cómo tardaste tanto en darte cuenta de la importancia de lo que teníais", "espero que algún día volváis a estar juntas porque no he visto a nadie que se quiera más", "no digas que es tarde, sabes que con ella nunca lo será".
Pero ella me borró de su vida, ¿qué podía hacer yo?¿Luchar? Correr tras ella y ¿decirle qué? Lo intentamos una y otra vez, en algún momento habría que parar.
Hace poco me preguntaron por qué no he vuelto a salir con una chica. Supongo que me da miedo compararla. Cuando tienes algo bueno te da miedo que otra cosa estropee ese recuerdo. Sin embargo, en el caso de ellos es diferente, ninguno me ha querido de verdad. Es más fácil pensar en la posible decepción cuando ninguno ha intentado hacerme sentir necesaria.
Me encantaría volver a creer que soy importante para alguien y no como si solo yo fuera la tonta con sentimientos.
Cuando estuve con P. no era yo misma; el hablaba y hablaba, pero nunca se interesaba por algo que no fuera "lo suyo" y encima fumaba como un carretero insoportable.
Como el que me dijo "no quiero estar contigo porque quiero ser libre de hacer lo que quiera" pero cuando hice yo lo que quería me llamó puta. O cuando mi primer novio me dejó porque quería ligar con todas las de su camping sin sentirse culpable.
O las veces que he escuchado: "eres demasiado bajita", "te sobran unos kilos", "estás demasiado pálida", "bueno, espero a que te arregles...ah...que vas así", "no puedo quedar contigo porque tengo que estudiar" (y enterarme de que se iba a montar en bici), "no es que no me importes, solo estoy confuso" (mientras me ponía los cuernos), "dios, qué asco de cicatriz, ¿no?".
¿Y qué hago yo? Pensar que el siguiente no podrá cagarla más que el anterior, aunque suelen lograrlo. Sigo con la esperanza de encontrar a quien no me mienta y que le guste tal como soy.
Al principio te prometen el mundo, pero después solo eres una más.
Pero da igual, se que voy a encontrar lo que busco, que alguien está ahí a la vuelta de la esquina esperando sin saberlo. Sé que voy a conocer a quien me quiera como soy, que coja mi mano sin avergonzarse de mí y no me engañe ni me acompleje sino todo lo contrario. Sé que estás ahí y que voy a estar contigo tarde o temprano.
Alguien que, como Colin Firth en El diario de Bridget Jones, me diga "Me gustas tal como eres".
No hay comentarios:
Publicar un comentario