Ayer la pequeña de la familia me recordó algo que había olvidado. Ese momento en el que descubres la sensación que te produce dar vueltas y vueltas sin parar hasta que todo se mueve tu alrededor y casi no atinas a dar el siguiente paso. Ese mareo que no sabemos muy bien qué tiene, pero que en la infancia nos divierte y queremos girar una y otra vez.
Creo que con el paso del tiempo esa sensación se queda corta y tenemos que buscar nuevos estimulos, nuevos giros en nuestra vida, nuevas formas de ver las cosas, más movimiento. Y es cuando nos estancamos en un punto cuando perdemos las ganas de evolucionar, porque nos olvidamos de que tenemos que seguir en movimiento, probar cosas nuevas y experimentar con todo lo que nos rodea.
Al crecer pasamos de girar a ser girados, de movernos a ser movidos... a mi me resulta agotador no tener ni voz ni voto en la mitad de las cosas que pasan en mi vida. En el 2013 termino la carrera, adiós a la universidad, adiós a otra etapa de mi vida. En el 2013 pienso cumplir mi sueño de tirarme en paracaídas, trataré de sacarme el carnet de conducir y empezaré a viajar mínimo una vez al año a un sitio donde nunca haya estado.
Porque necesitamos planes que cumplir para poder girar hacia donde queremos y no hacia donde quieren que vayamos. Como he dicho muchas veces, es cuestión de actitud, ¿no? Si te propones algo y te dices a tí mismo que va a pasar sí o sí, harás todo lo posible porque se cumpla. No te pongas nunca expectativas que veas inalcanzables porque entonces, al saber que no vas a llegar jamás a tu meta, mermarás tus esperanzas de cumplir tus sueños.
Empieza con un paso, después un paso más. Cuando quieres darte cuenta tienes ese tatuaje que tanto querías, te has tirado en paracaídas, has visto las pirámides Mayas, has entrado en la Ciudad Prohibida de Pekín y te has convertido en la persona que sabías que algún día serías. Ese es mi propósito sin serlo, porque una realidad es una realidad sea presente o futura.
Está claro que muchos factores puedes influenciarnos y que nuestros sueños pueden cambiar, pero en ningún momento hay que perder de vista aquello que queremos. Das la espalda un segundo a aquello que tantas veces te ha rondado la cabeza y se acabó, lo has perdido de vista y ya no encuentras el sendero que te llevaba a la casa de la abuelita.
No es más que una visión. Es como ver algo a lo lejos cuando llevas mucho rato andando, sabes que solo tienes que continuar para lograrlo. En este caso, si sabes lo que quieres de verdad, solo si estás completamente seguro de las paradas que quieres hacer en el camino, los sitios que quieres visitar, las aventuras que quieres vivir... solo entonces podrás verlo y podrás seguir andando detrás de un sueño.
Cuando veo niños pequeños me acuerdo de las veces que cambié de opinión sobre lo que quería ser de mayor y me doy cuenta de que no he cambiado tanto. Tengo muchos frentes abiertos y todos ellos creo que conseguirían hacerme feliz. Sé lo que quiero a muy corto plazo, lo que quiero un poco más allá y lo que busco para mi futuro, pero siempre acepto múltiples variables. Obcecarse en utopías es como cazar unicornios, una pérdida de tiempo y de ilusión.
Habiendo tanto entre lo que elegir, ¿por qué quedarnos con nuestra primera y simple idea de la felicidad? ¿Por qué no esforzarnos un poco y mirar los caminos que tenemos ante nosotros antes de decidir? Nunca podremos tener claro que es el camino correcto, pero será nuestro y eso hará que merezca la pena. Son las decisiones que tomamos quienes rigen nuestra forma de vernos a nosotros mismos y, por tanto, la forma que tienen otros de vernos.
Hay sueños grandes y sueños pequeños, intenta cumplir con todos ellos. Probablemente fracases en la mitad, pero eso solo significará quue estarás más cerca de acertar. Hay miles de cosas en la vida que se escapan a nuestro control, pero lo que pase en nuestra mente y las metas que nos propongamos, nadie podrá interferir salvo que le demos permiso. Puede que eso tampoco sea malo, compartir tus objetivos y modificarlos es ley de vida. ¿Qué pasa si encuentras a alguien que busca cosas muy parecidas a las tuyas? Tal vez sirva como refuerzo a tus ideas y te empuje cuando flojees.
Una de las escenas más tiernas que he visto en televisión fue en Perdidos, cuando Claire tiene antojo de crema de cacahuete y, por supuesto, no tienen en la isla, pero Charlie le promete que lo conseguirá y le lleva un tarro vacío para que ambos finjan que lo han encontrado y disfruten como si fuera real. Porque a veces alimentar un deseo no es dar falsas esperanzas, sino dar nuevos recuerdos memorables que te ayuden a superar lo que no pudiste conseguir.
Al fin y al cabo lo que buscamos es seguir girando y no parar hasta que todo nuestro universo gire con nosotros, hasta que el caos tenga orden a nuestros ojos, hasta que alguien nos agarra, nos para y vemos por un momento como le hemos dado la vuelta a las cosas aunque solo lo veamos nosotros.
Así que hoy, mi inspiración tiene un año y su nombre empieza por C., me ha enseñado que cuando sientes que todo el mundo te mira y tienes ganas de llorar lo mejor que puedes hacer es jugar al corro de la patata y que te aplaudan por lo que haces simplemente porque eres adorable haciendo lo que más te gusta aunque más de una vez te intenten parar.
Girar, girar, girar, seguir girando.
Agarrar a alguien y hacerle girar.
Girar, girar, seguir girando.
Y que se unan dos personas más.
Girar, girar, seguir girando.
Hasta que todos giren
y tú te sientes en el suelo al terminar.
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