Después de un buen rato me temblaba todo el cuerpo y al quitarme los guantes tenía los nudillos rojos... demasiado estrés puede volverte loco. Me he metido en la ducha debajo del agua caliente a despejarme, ahí me he dado cuenta que durante todo el rato que he estado usando simplemente el cuerpo, no he pensado. Sin pensamientos no hay problemas, sin problemas no hay estrés, sin estrés no hay dolor.
Deberían investigarlo, ¿por qué el uso de la fuerza física y la adrenalina que eso conlleva deja nuestra mente en blanco? ¿esta sociedad es violenta porque busca desesperadamente una escapatoria al aburrimiento y los problemas o es un círculo del que no se conoce la causa y el efecto?
“Hace días que te observo y he contado con los dedos cuantas veces te has reído una mano me ha valido.” Grita, Jarabe de palo |
La velocidad, el riesgo, la aventura... ¿por qué hay tantos amantes de ese mundo? ¿no tienen nada que perder o es que la libertad que ganan supera con creces cualquier estabilidad?
Entonces... ¿es adictiva la adrenalina o el simple sentimiento de libertad física, la liberación de todo pensamiento?
“Después del humo negro hay que ser valiente y despertar, y vivir como vive la gente. Hay que ser valiente amigo, yo tengo que volar.” Después, Los Delinqüentes y Bebe |
Siempre he sido muy miedosa, pero ahora no sé en que grupo quiero estar. De pequeña tenía terror a que mi padre me llevara subida en sus hombros, ahora intento prepararme emocionalmente para hacer paracaidismo el año que viene. ¿Qué estoy buscando?¿qué intento cambiar? El miedo sigue ahí, aparentemente indestructible... no soy capaz de saber qué me motiva a querer enfrentarme a ello...
“Si yo no tengo más que ver en los charquitos de la plaza cuando termina de llover…” El aire de la calle, Los Delinqüentes |
Espero a que llegue mi tren contando los metros de vía que le faltan... o espero a que llegue contando los metros de vía que recorreremos juntos... o simplemente espero sin pensarlo, sin contar, sin hacerme constantes preguntas... dejándome llevar. No lo sé. Por ahora mis miedos me siguen atando a la vía, esperando aburrida y preocupada como un estático muñeco de trapo.
Yo que lo único que quiero
es dejarme llevar, solo puedo intentar luchar
contra la parte de mí que vive atemorizada,
pegada al suelo, esperando algo
que ya se está haciendo demasiado de rogar.
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