jueves, 14 de abril de 2011

La vida según Pollyanna



Me estoy leyendo "Pollyanna", la personificación del optimismo. Una niña que con once años lo ha perdido todo, menos el juego que su padre le enseñó. Cuando estés triste, busca un motivo para sonreír... cuanto más difícil más divertido. 


"Happiness damn near destroys you
Breaks your faith to pieces on the floor
So you tell yourself, that's enough for now
Happiness has a violent roar."

Happiness, The Fray.
  
"Happiness is just outside my window
Would it crash blowing 80-miles an hour?
Or is happiness a little more like knocking
On your door, and you just let it in?"

Happiness, The Fray.
Hoy me he levantado y mi padre no había ido a trabajar, estaba en la cama con dolores. He ido a darle los buenos días y animarle para que luego bajara a comer. Siempre que entro pongo una sonrisa y siempre que salgo se me borra de un bofetón, la realidad nos convierte en actores... parece que cada día se me da mejor.
Pero tengo mi límite. Iba en el coche con mi madre y se ha puesto a gritarme sin sentido. Yo estaba contenta, iba cantando y pensando en el día tan bueno que hacía. Me ha bajado a escobazos al mundo real. Me ha llamado egoísta y aun no sé por qué. Me ha dolido tanto que he hecho que parara el coche y me he bajado. Con todo el estómago posible he tratado de no echarme a llorar en medio de la calle. He abierto "Pollyanna" y me he sentado en la parada del autobús más cercano a leer.

Durante todo el día he forzado a mi exterior a vivir una alegría que no llevaba por dentro, tal vez a fuerza de sonreír salga solo. No quería volver a casa bajo ningún concepto. Me hubiera gustado desaparecer unas horas, que alguien me abrazara en silencio y me dejara llorar. En lugar de eso, me he puesto mi mejor máscara y he hablado, escuchado música, cantado, emocionado con canciones como Closer to the Edge y Dear Mr. President... Estaba a punto de olvidar lo mucho que me apetecía borrarme del mapa un segundo, cuando ha sonado mi teléfono.
"Why would you say nothing's wrong 
When its written on your face..."
Let me in, Evolove.
Mi padre.
Me ha hecho sentir mal.
Culpable.
Dolida.
Triste.
Enfadada.
Más culpable.
Miserable.
Egoísta.
Deprimida.
Mucho más culpable.

Sola.
"A veces somos como las estrellas.
Caemos para hacer el deseo de alguien realidad."
He vuelto a casa. No les he llamado para que me buscaran en la parada del autobús. Al bajarme eran las diez y media. Había un grupo de chicos muy poco fiables. Me han seguido la mitad del camino de vuelta a casa, no he respirado tranquila hasta que no he dejado de oír sus comentarios hacia mi y he visto como se iban por otra calle. Había varias farolas rotas, al subir los ojos para ver por qué estaba tan oscuro he pensado en la pequeña Pollyanna.
La imaginación es más importante que el conocimiento.
Ella habría dicho de existir: "No estarías viendo tantísimas estrellas si las farolas funcionasen." He sonreído y me he sentado en el bordillo de la acera a mirar el cielo. La calle estaba completamente desierta. Las luces anaranjadas de otras urbanizaciones brillaban a lo lejos. Parecían velitas.
Ojalá aun siguiese bajo las estrellas y no aquí. Pero me he levantado y conteniendo de nuevo las ganas de llorar he empezado a andar en dirección a casa.
"Trata de ser un arcoiris en la nube de alguien."
Me he parado en la puerta de la calle. He pensado que no tenía llaves y que a la fuerza iba a tener que abrirme alguien y no iba a poder entrar sigilosamente y esconderme de todo.
"I decided I could be happy on my own
Find a way to get it done when I needed to be strong
Always choosing safely, I was going it alone
And never taking chances just in case I might be wrong."

Closer, Jaylene Johnson.
Mi madre ni siquiera me ha mirado cuando he entrado y he pasado por su lado. Ninguna de las dos ha dicho nada. He ido a su habitación, le he dado un beso a mi padre y me ha dicho: "¿Y a tu madre no se lo das?", mientras me iba por el pasillo le he respondido "Sí, como ella cuando me ha abierto la puerta."
Les he oído susurrar. He dejado el bolso encima de la mesa y he encendido el ordenador en una búsqueda irremediable de evadirme del mundo que me rodea.
"But I'm feeling
A long inside me
And I'm taking
A road I've never seen..."

Closer, Jaylene Johnson.
Si esto fuera una película de dibujos, Peter Pan aparecería en el alféizar de la ventana para llevarme volando a Nunca Jamás.
Si fuera una mariposa...
Si fuera una película de amor, me invitarían a huir sin rumbo y sin dinero.


Si fuera una película dramática, estaría llorando en la cama, empapando la almohada de las lágrimas que me niego a soltar.
"I hope one day you'll find what you're seeking 
I know one day you'll show what you're hiding. 
What you're hiding….. What are you hiding?"
Let me in, Evolove.
Si fuera una película de ciencia ficción, me recogería el Halcón Milenario para luchar en una galaxia muy muy lejana, sin importar volver a casa.
Si fuera una película de terror, probablemente medio vecindario estaría acobardado en casa esperando mi llegada.
Y si fuera un musical...
Tocarían canciones tan tristes que se me quebraría la voz al cantar...
Entonces, por descarte, mi vida es un triste musical.
Pero es irrelevante, a partir de hoy, incluso cuando tenga ganas de darme contra la pared, jugaré al juego de Pollyanna, a riesgo de parecerme insoportable a mi misma y de pegar con tanta fuerza al saco que termine con un brazo roto. Por intentarlo no pierdo nada.
Empezaré diciendo que aunque hoy la tarde ha sido improvisada y mi día estaba siendo deprimente, he podido reírme con L. y N.
Aunque en algún momento hayan salido críticas y malos pensamientos hacia algunas personas, sabemos que en el fondo eso es parte de lo que nos hace sonreír y de lo que nos ha unido.
Aunque haya tenido que volver a casa y soportar la tensión del silencio... al menos no he tenido que escuchar más gritos contra mi.
Aunque haya bajado andando desde el autobús, me ha dado unos minutos para pensar y respirar.
Aunque me hayan perseguido unos energúmenos, por un rato me he olvidado de todo lo demás para estar alerta de cualquier acercamiento a menos de 3 metros.
Aunque nadie me haya abrazado, las dos collejas de N. han servido para que nos riéramos.
En resumen, que a partir de hoy, intentaré ser como Pollyanna... No puede ser tan complicado, ¿no?


Dime que todo saldrá bien.



1 comentario:

  1. Discutir con las madres debería ser considerado deporte nacional.
    Un saludo

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