Para N., la cocinera de tartas en miniatura.

Te levantas. Probablemente con sueño. Tienes un examen. "¿Por qué tenía que ponérnoslo hoy?" 
Te vas a clase. Te lías un cigarro. Fumas. Subes dispuesta a sacar buena nota. Te encuentras con un examen bastante diferente a como lo esperabas. Tu novio te espera fuera. Os marcháis para que recibas tu regalo paternal. 
Poco he podido decirte hoy para felicitarte el cumpleaños. No te hemos cantado el cumpleaños feliz en público, pero todo se andará, y no hemos tenido casi tiempo para hablar. Así que, ¿qué puedo decirte ahora que tu día llega a su fin? Supongo que lo típico suena cutre que si "que cumplas muchos más", "que te regalen muchas cosas", bla bla bla. Así que yo he decidido que no me voy a ir a la cama hasta que no encuentre 21 canciones para el día de tu cumpleaños. 
Suena absurdo, ¿verdad? Pero ya sabes como soy... las felicitaciones de persona normal no las vas a encontrar en este blog. ¿Empezamos?

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Tú y yo no pensábamos bien la una de la otra. Nos habían hablado y podría decirse que malmetido. Y, sin nosotras saberlo, resultó que teníamos en común más de lo que nadie hubiera dicho. Puede que en otros aspectos seamos como el agua y el aceite, pero en el fondo somos tal para cual. 

Ahora ya no me imagino la facultad sin tu llegada con los cascos a todo volumen y tu bolso de HIM. No creo que la palabra "cuki" hubiera conseguido tantas acepciones de no ser por tu imaginativa naturalidad para usarla. 

Donde empezó habiendo un "ay que cuki" ahora hay hasta "le ha dado un cuki...". Sin ti, los gacelos serían para siempre mencionados en femenino. No existiría la amenaza de la "gothicfase". No nos asombraríamos al ver a alguien con una camiseta rosa si no fueras tú. No podría decir "Dios el collar de Moka San" sin que me miraran raro si no estuvieras en el grupo. Está claro que sin ti ¡no habría conocido a mi clon! 

No me acordaría de ti cada vez que viese la figura que llevas en la muñeca, en el bolso, en la cartera... como hago cada vez que lo veo en una tienda.

Sin tu presencia L. nunca se habría comprado un corset en una tienda gótica, a N. no se le habría ocurrido ir a cierto local que tenemos pendiente, ninguna sabríamos lo que es el Fimo...

En definitiva, que sin ti nuestra manada no tendría leona madre. Porque eres y serás la más lanzada, la leona original.

¿Crees que me he comido un número? ¿Que me he saltado un año de tu vida? ¿Que después de haber tardado siglos en conocernos me voy a olvidar de tus 21? No, solo que ya sabes lo que dicen... 

Lo bueno se hace esperar.

Como resumen de los últimos meses, como preludio de los años venideros y como símbolo de nuestra amistad...

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Felicidades cukigótica,

no lo olvides: WAAALT!