Dicen que el destino hace que todo llegue, que lo tiene todo pensado, que si lloramos es por un motivo y si reímos es por otro.
Dicen que el karma ajusta las cuentas de la vida, que te devuelve lo malo que des y te recomensa lo bueno.
Dicen que si deseas algo con la suficiente intensidad, lo conseguirás.
Dicen que si dices un deseo en voz alta no se cumple.
Dicen que hay una persona para cada uno.
Dicen que cuando una puerta se cierra se abre una ventana.
Dicen que los cuentos de hadas son una realidad contada con imaginación.
Y dicen que la excepción confirma la regla.
Desde pequeños escuchamos frases repetitivas sin aparente sentido común... y llegados a la edad adulta nos sorprendemos a nosotros mismos convertidos en aquellos que nos dijeron esas cosas. Empieza a preocuparnos el mancharnos de barro porque sale fatal de la ropa, no saltamos sobre los charcos porque si nos mojamos puede que cojamos frío, no corremos al televisor para merendar viendo nuestra serie favorita porque ya casi no hay tiempo para pararse un rato a esas horas.
He cambiado mucho a lo largo de los años, a la vez que en otros aspectos he decidido clavarme y no moverme por nada del mundo. En mi segunda casa (la primera no la recuerdo muy bien la verdad), mi habitación era de color rosa, tenía ositos en las paredes, una cama alta de color blanco con un edredón rosa con gatitos y, por supuesto, tenía un vestido de princesa rosa que me habían hecho a mano.
Adoraba esa habitación, pero había algo que no encajaba en ella... Yo.
Los niños quieren lo que no pueden tener, es irónico que llegados a la madurez ese siga siendo un sentimiento común. Recuerdo que iba a casa de mi vecino a jugar con sus cosas y él venía a la mía para lo mismo. Y sino, me colaba a jugar con las cosas de mi hermano. Siempre queremos lo que no está en nuestro poder y no somos conscientes de lo que tenemos... algo extensible a todas las facetas de la vida.
A los ocho años me mudé a donde vivo hoy. Conmigo vino mi cama blanca, mi papelera rosa de ositos y mi vestido. Las paredes pasaron a ser amarillas, las cortinas amarillas y verdes y mis bolas de cristal empezaron a multiplicarse. Aun así algo fallaba.
El pequeño vestido jamás volvió a valerme.
¿Qué fue lo que pasó? Un día eres una princesa que se atreve a lanzarse con unos pequeños tacones y un vestido largo por todos los columpios del colegio sin miedo a romperse un hueso, y al día siguiente has crecido y no hay más columpios ni princesas sin miedo.
Sin darte cuenta has crecido. De un día para otro mi habitación se llenó de posters de cantantes que me parecían increíbles por su ropa, su estilo o su voz. La cama blanca desapareció. Mi armario se llenó de ropa negra y roja. Llevaba un horrible aparato en los dientes, vestía como un chico y en clase prácticamente nadie me caía bien.
Y de pronto mis paredes se convirtieron al morado, en mi armario aparecieron colores chillones aunque el negro seguía siendo el principal, los posters fueron sustituyéndose por fotografías, la ropa de chico fue disninuyendo y sin darme cuenta los vestidos se multiplicaron y los zapatos de tacón se convirtieron en el objeto de mi idolatría.
Sin esperarlo, rompieron por primera vez mi inocente corazón y me hicieron llorar. Me dije que para encontrar el cuento de hadas perfecto, habría que besar a muchos sapos.
Me dejan sola en casa y a pleno pulmón canto las canciones de La sirenita, de Pocahontas, de Mulán, de Anastasia y de Megara. Porque ellas son las verdaderas princesas. ¿Qué hizo Blancanieves a parte de huir, esconderse y limpiar? ¿Por qué la cenicienta no plantó cara a su madrastra, por qué se dejó pisotear por sus hermanastras?
Ariel visitó a la bruja más malvada del mar, hipotecó su voz y su alma para poder ver más allá de su mundo. Que con un cuerpo diferente al suyo, desnuda y sin voz quiere vivir un día como una verdadera humana y encontrar el amor. Y que después busca incansable a su hija por todo el mar.
Mulán salvó a su padre de una muerte segura luchando en la guerra. Fingió ser un hombre y fue una gran guerrera. Salvó vidas y... ¡qué narices, un personaje que se corta el pelo con una espada merece ser recordado! Y cuando piensa que él ha muerto, no se resigna y sigue luchando.
Anastasia se cría en un horfanato y a los 18 años tiene que buscarse la vida, con Rasputín queriendo matarla a cada paso que da. Ella que tuvo el valor de dar una bofetada al hombre que quería cuando mintió. Ella que terminó con el asesino de su familia y salvó a Dimitri.
Y Megara que hace un trato con el Dios del Inframundo para poder superar un corazón roto, que se atreve a desafiarle, que es inteligente, manipuladora y capaz de todo por aquello que quiere. "Creen que un no es un sí y un lárgate...tómame, soy tuya."
No puedo olvidar lo que lloré cuando casi muere La Bestia y la pobre Bella llora desconsolada porque ella fue capaz de ver más allá de su apariencia, más allá de la superficialidad por la que él fue castigado. Ella se enamoró y siempre pensó que tras esa máscara se escondía un gran corazón.
Jane salta de una barca cuando va a volver a casa para poder quedarse con Tarzán, deja la ciudad para vivir entre gorilas, mosquitos, humedad, calor y peligros, porque prefiere arriesgarse que arrepentirse.
Esas son mis princesas.
"Tranquilo no pido promesas porque estoy convencida de que vas a mentir..." Princesas de cuento, Vega. |
Así es como deberíamos sentirnos siempre. Fuertes, capaces, inteligentes, estrategas, impetuosas, firmes. No deberíamos creer que para encontrar al príncipe azul tenemos que ser damiselas en apuros.
"Soy tu princesa de cuento |
Por favor, demos la bienvenida a una nueva princesa de cuento, la princesa del siglo XXI. Ella no necesita ayuda, no necesita un castillo ni jardines, no tiene que tener el pelo perfecto ni saber bailar un vals, no tiene que saber montar a caballo o tener como hobbie recoger flores silvestres.
"Here we are, born to be kings We're the princes of the universe Here we belong, fighting to survive." Princes of the universe, Queen. |
"You look like a fucking paradize... be my princess, me mine tonight." Be my princess, Damien Saez. |
No habría un beso que la salvase de ningún hechizo, porque no se dignaría a prestar atención a una arpía que la estuviera amenazando. Nadie tendría que hacerle un vestido, porque elegiría ella entre los suyos. Tal vez no tuviese unos zapatos de tacón, pero... ¿no serán incómodos de todas formas?
La princesa que yo imagino tiene cualquier edad.
Es la niña que en vez de jugar a la cocinita juega con los playmobil, que no se deja engatusar por la niña mala que trata fatal a las demás y aun así la idolatran, que cree que la Barbie puede conducir el descapotable del Accion Man y él la furgoneta rosa del Ken. Es la niña que juega como quiere y no como le dicen los anuncios de la tele."You are my princess... Princess, Elton John.You are the one, You make the sun shine on me." |
"You are my princess, Princess, Elton John.You make me smile, You make my life seem worthwhile." |
"Now she's the princess of our times Princess of my mind, The Kooks.and is hard picking up loose ends." |
"So be yourself and dance to the beat of your own drums (...) I should've asked you to be mine Princess of my mind, The Kooks.and you're still the princess of my mind." |
"Ya no te tengo miedo Princesa, Sabina.nena, pero no puedo seguirte en tu viaje. Cuántas veces hubiera dado la vida entera porque tú me pidieras llevarte el equipaje." |
Tal vez no tenga el pelo hasta la cintura, el vientre plano y la piel de porcelana, pero es perfecta sin saberlo.
Prefiere tener que correr y esconderse hasta estar preparada antes que dejar que la traten como una inútil que necesita ser salvada. Porque sabe que puede hacerlo y tal vez lo único que necesite sea tomar aire, pensar y actuar cuando esté preparada."Ya sé que muchas veces sólo te uso de pañuelo. Ya sé que no merezco vigilar tus sueños. Tú eres mi Cenicienta." |
"Sí me declaro en guerra dices que no entiendes de banderas." |
"Cuando me siento herido, me subes a un tejado, y allí, la vida es menos puta si estás a mi lado. Teniendo mil razones para no estar a mi vera, te quedas por aquí compartiendo primaveras." |
Ahora solo me queda darme cuenta de que yo también puedo serlo.
Para todas ellas y para mí, hay un castillo y unos zapatos de cristal. Solo hay que estar atentas porque pueden estar escondidos en cualquier parte. Pueden ser unos zapatos con zombies dibujados de color verde, pueden ser un piso en Madrid, pueden ser tener una casita en un árbol, pueden ser vivir en Canadá, pueden ser viajar por el mundo... Tus zapatos de cristal son lo que tú quieras que sean.
Zapatos de cristal para la princesa perfecta...
"Tú eres mi Cenicienta, que nunca tiene prisa, una bala perdida hecha a mi medida." |
¿Cuáles son los tuyos?
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